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Los efectos del cambio climático en la agricultura y sus consecuencias para la seguridad alimentaria ya son alarmantes, sostiene la edición 2016 del informe anual de la organización. Y asegura que la agricultura tiene la clave para enfrentar esa amenaza y los desafíos que supone la erradicación de la pobreza.

Una investigación del BID aborda un aspecto poco estudiado de la relación y concluye que si el país asiático redujera sus aranceles a la importación a los niveles promedio de la OCDE las exportaciones latinoamericanas aumentarían 10% en el caso de los bienes agrícolas y más de 37% en el de los manufacturados.

El informe anual de la OMC analiza en esta edición qué oportunidades se abren para las pequeñas y medianas empresas a partir de la reducción de los obstáculos al comercio, la mejora de las redes de transporte, los avances de la tecnología de la información y la expansión de las cadenas de valor mundiales.

El propósito de esta publicación preparada para la CELAC es suministrar a los países de la región información actualizada y oportuna sobre el estado de la seguridad alimentaria y nutricional, el papel que tienen distintas áreas como la agricultura, el comercio agroalimentario y la gestión de recursos naturales en la erradicación del hambre y la posibilidad de enfrentar con éxito la doble carga de la malnutrición, en un contexto en que los efectos del cambio climático pueden amenazar los avances observados hasta el momento en América Latina y el Caribe.

Casi 70 por ciento de América del Sur está atravesada por ríos navegables que, adecuadamente integrados, podrían convertirse en auténticas rutas para transportar bienes, integrarse con autopistas y ferrocarriles y, al mismo tiempo, impulsar el desarrollo económico y la integración regional, sostiene la CAF. El documento explica también las características de un proyecto que tiene por objetivo la mejora de puertos, infraestructuras y conectividad, así como fortalecer la producción y el comercio, con fuertes ventajas económicas, sociales y ambientales.

La edición 2016 de este informe de la CEPAL analiza el desempeño de la economía regional en 2015 y el primer semestre de 2016, así como las perspectivas para este año. Examina la incidencia de factores externos e internos y destaca los desafíos para las políticas macroeconómicas en un contexto mundial caracterizado por el bajo crecimiento y elevados grados de incertidumbre. Entre ellos, subraya que la desaceleración del crecimiento y las mayores restricciones fiscales imponen mayores retos a la movilización de recursos.

Cerca de la mitad de los acuerdos comerciales suscriptos en los últimos cinco años incluyen un capítulo laboral o referencias a estándares laborales internacionales. Según este estudio, que evalúa el alcance y la eficacia de esas disposiciones, se registra una mayor sensibilización de los actores en esta materia, un aumento de la participación de los interesados en las fases de negociación y aplicación y un mayor desarrollo de las instituciones destinadas a reforzar el control y hacer cumplir las normas. Sin embargo, persiste el desafío de mantener esos esfuerzos de cooperación.