JORGE TESLER
“Tenemos eslabones competitivos, pero nos hace falta integración”
En esta entrevista, el experto hace un diagnóstico de la situación de la Argentina en materia logística. Y plantea que, en lugar de mirar los modos, debe partirse de las necesidades de las cadenas productivas para elaborar una estrategia país.
Por Roberto A. Pagura
Jorge Tesler, ingeniero industrial y licenciado en Organización de la Producción, tiene una vasta trayectoria en el terreno de las operaciones logísticas, la consultoría y la docencia. Director ejecutivo de la consultora TGI, asesora a empresas de primera línea en materias como Dirección de Procesos e Infraestructuras Logísticas y se ha especializado en gestión de la cadena de suministros para la industria, el retail, la automoción y los servicios. En esta entrevista con terminalC, traza un diagnóstico de las fortalezas y debilidades de la logística en la Argentina. Y en relación con el comercio exterior, plantea la necesidad de establecer prioridades, tender a un planeamiento regional y mirar, no el modo de transporte, sino las demandas de las cadenas productivas con miras a una integración que permita ganar en competitividad.
–¿Qué diagnóstico puede hacer de la situación de la logística en la Argentina, tanto en términos absolutos como relativos?
–Para dar algún diagnóstico, es conveniente hacer una suerte de sectorización, porque hay diferentes logísticas, dependiendo del sector comercial o industrial de que se trate. Si miramos el sector doméstico, de consumo masivo, el que abastece las necesidades de las ciudades y las industrias, la situación está marcada por una baja productividad en los movimientos, debido básicamente a las restricciones en la infraestructura de carreteras, los accesos a las ciudades y tanto en la entrada como en la salida de los puertos. En cuanto a la demanda de espacios logísticos para operaciones eficientes, aunque de alguna manera se va satisfaciendo con la construcción de nuevos centros de distribución, todavía estamos en deuda respecto de los modelos de infraestructura que se están dando en otras partes de la región y en el mundo desarrollado. Los negocios y la actividad comercial que requieren servicios evolucionan a una velocidad mucho mayor que las estructuras logísticas. Ahí tenemos un gap que se va incrementando. Es lógico que las inversiones demanden tiempo y mucha seguridad en cuanto al mediano y largo plazo, aspectos jurídicos y de gestión económica en general, y eso hace que la construcción sea mucho más lenta que las oportunidades de negocios. En cuanto al comercio exterior, tenemos una problemática adicional, que es la falta de una visión global de lo que necesita el país en términos de logística.
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