UNIÓN EUROPEA

Una norma establece que los importadores de minerales y metales deberán certificar que su provisión no promueve violaciones de los derechos humanos.

Las empresas de la Unión Europea que importan estaño, tantalio, wolframio y oro para la fabricación de bienes de consumo deberán contar con un certificado comunitario que garantice que no incentivan conflictos y abusos de derechos humanos en zonas de conflicto, según las enmiendas introducidas por los eurodiputados a un proyecto legislativo.

Con 400 votos a favor, 285 en contra y 7 abstenciones, el pleno revocó la propuesta de la Comisión Europea y la aprobada por la comisión de Comercio Internacional, y demandó cumplimiento obligatorio para “todos los importadores de la UE” que se abastecen en zonas de conflicto.

Unas 880.000 compañías europeas que utilizan estaño, tantalio, wolframio y oro en la producción de bienes de consumo tendrán que informar de las medidas que toman para identificar y abordar los riesgos detectados en sus cadenas de suministro de dichos minerales y metales.

Dado que las fundiciones y refinerías son el último punto de la cadena de suministro en el que se puede rastrear el origen de los minerales, los eurodiputados van más allá del sistema de auto certificación propuesto por la Comisión y piden que se sometan a auditorías obligatorias, por parte de terceros independientes, para verificar sus prácticas de “diligencia debida”.

También piden a la Comisión que dé apoyo financiero a las pequeñas y medianas empresas para obtener la certificación, mediante el programa europeo para la competitividad de las pymes.

El Parlamento también reclama un mecanismo de control del sistema más estricto, con una revisión de su funcionamiento dos años después de empezar a aplicarlo y posteriormente cada tres años (en lugar de a los tres años y cada seis, respectivamente, como proponía la Comisión).

Las áreas afectadas por la normativa son todas las zonas de conflicto y alto riesgo del mundo, de las que la República Democrática del Congo y la zona de los Grandes Lagos son el ejemplo más claro. El texto define “áreas de conflicto y de alto riesgo” como aquellas sumidas en conflicto armado, con violencia generalizada y desmoronamiento de la infraestructura civil, o en posconflicto frágil, y zonas con gobiernos o seguridad precarios o inexistentes, caracterizadas por “violaciones generalizadas y sistemáticas de los derechos humanos”.

El estaño, el tantalio, el wolframio y el oro se utilizan para fabricar numerosos productos de consumo en la industria automovilística, electrónica, aeroespacial, para empaquetado, construcción, iluminación, maquinaria y herramientas, así como en joyería.

Publicado el 08-06-2015
Fuente / Foto: Parlamento Europeo.