EXPORTACIONES INDUSTRIALES

El gobierno argentino cambió el régimen de retenciones para armonizarlas con las del aceite de soja. De julio a septiembre, la producción cayó 20,5%.

Mientras se realizaba en la Argentina la Cumbre de la Organización Mundial del Comercio, sin reclamos por parte del gobierno argentino a la barrera que dispuso Estados Unidos al ingreso de biodiésel, se eliminó el régimen de retenciones móviles al derogar un decreto de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Mediante el decreto 1025/2017, publicado ayer en el Boletín Oficial, se fijó en 8% la alícuota del derecho de exportación del biodiésel a partir del 1 de enero de 2018. La industria, ansiosa ante la falta de tratamiento del tema en la cumbre mundial, celebró la medida con reparos porque el objetivo es llegar a un esquema de 0% de retenciones.

El texto explica que “se hace necesaria una armonización entre los derechos de exportación del biodiésel y el de su principal materia prima, el aceite de soja, para alcanzar una convergencia entre los mismos”.

La disposición huele a guiño el gobierno de Donald Trump, que colocó altos aranceles de ingreso al biodiésel argentino con el argumento de que estaba subsidiado por un diferencial de derechos de exportación. Luego, la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos dispuso que esos aranceles rijan por cinco años, enmarcó el caso dentro de la figura de dumping y estableció tasas de 120%.

Con esta señal, el gobierno argentino cumple con el requisito que propuso el país del norte para proteger a sus propias industrias, y espera destrabar el conflicto que afecta a la producción nacional, que tenía con ese destino un negocio de alrededor de 1.200 millones de dólares anuales.

Entretanto, desde la Cámara de Empresas Pymes Regionales Elaboradoras de Biocombustibles (CEPREB), se quejaron por considerar que “el Ministerio de Energía y Minería de la Nación dejó de aplicar de manera unilateral e inconsulta la fórmula del precio del biodiésel para el mercado interno”.

Al parecer, la retención beneficia a las grandes empresas, no a las pymes nacionales. “Lamentablemente este cambio abrupto de las condiciones y reglas del juego pone en serio riesgo la continuidad no sólo del sector de los pequeños y medianos productores de biodiésel, sino también de todas las demás industrias que se motorizan alrededor de nuestra actividad, que genera aproximadamente 9.300 puestos de trabajo directos e indirectos”, afirmaron desde CEPREB.

El último informe del INDEC señala que de julio a septiembre la producción de biodiésel registró una caída de 20,5% respecto de igual período del año pasado, al pasar de 826.574 a 656.839 toneladas.

Por su parte, según señala el INDEC con datos del Ministerio de Energía, las exportaciones retrocedieron 30,4%, mientras los despachos al mercado interno se incrementaron 7,2%.

Publicado el 14-12-2017
Foto: Pixabay.