NEGOCIACIONES COMERCIALES

Lo afirmó el secretario de Economía mexicano tras la tercera ronda de negociaciones por el TLCAN. Su país está más cerca de las posiciones de Canadá.

Por redacción terminalC

Al término de la tercera ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) realizada en Ottawa, Canadá, el secretario de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo Villarreal, afirmó que “algunas de las amenazas iniciales hechas por el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, ya son propuestas concretas en la mesa”.

Canadá, Estados Unidos y México, los tres países signatarios del TLCAN (conocido también como NAFTA, por su nombre en inglés), prevén realizar otras cuatro reuniones antes de fin de año, pero parece poco probable que para entonces se llegue a un acuerdo.

Guajardo sostuvo que no se trata de negociaciones tradicionales, en que los socios definen y comparten entendimientos y objetivos comunes. “No hay campo en el que no se quiera reinventar lo que ya funciona para la economía entre ambos países”, dijo el funcionario en alusión a los planteos de los representantes estadounidenses.

Entre ellos, mencionó la pretensión de acelerar los procesos en investigaciones contra dumping y subsidios en productos perecederos que, según dijo, sólo aplica para las exportaciones mexicanas a Estados Unidos.

Aunque mantienen diferencias en algunas materias, Canadá y México aparecen como aliados frente a los embates de la administración Trump contra el TLCAN. Ambos rechazaron, por ejemplo, la propuesta del secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross, de introducir una cláusula que permita revisar el tratado cada cinco años.

En los días previos a la reunión de Otawa, el ministro canadiense de Finanzas, William Morneau, aseguró que “la integración económica es buena para los tres países” y la calificó incluso como “una historia de éxito extraordinaria”.

Mathieu Arès, profesor en la Universidad de Sherbrooke y codirector del Observatorio de las Américas, comparte esa opinión. Entrevistado por Radio Canadá Internacional, sostiene que a la industria estadounidense no le ha ido mal y no le resulta sencillo identificarse con un discurso para el que el TLCAN es el peor tratado firmado por ese país. Sus negociadores, dice Arès, se encuentran también en una situación compleja, con “un presidente muy difícil, que durante la noche puede enviar un texto diciendo que va a abandonar las negociaciones”.

Guajardo y el subsecretario de Comercio Exterior mexicano, Juan Carlos Baker, refirieron que en algunos capítulos hay avances importantes, como ocurre con el que trata de las pymes y su participación en las cadenas globales de valor o los referidos a transparencia y aspectos sanitarios y fitosanitarios. Otros requerirán aún más trabajo técnico y un tercer grupo involucra temas “muy sensibles”. Entre ellos, Baker mencionó los relativos a propiedad intelectual, diseños y secretos industriales, proveedores de servicios de internet y mecanismos de solución de diferencias comerciales.

Una de las cuestiones clave para los Estados Unidos es el fortalecimiento de las reglas de origen para los automóviles. Trump pretende incrementar la proporción de las partes fabricadas en Estados Unidos, atendiendo al déficit que mantiene con México y Canadá en este renglón. Sin embargo, los negociadores de estos países dicen que todavía no han recibido propuestas concretas en tal sentido.

Otro tema sensible es el laboral. Los sindicatos estadounidenses y canadienses alegan que la asimetría en materia de salarios y condiciones con los trabajadores mexicanos constituye una competencia desleal y ha provocado que muchas firmas multinacionales trasladen su producción a ese país.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, manifestó que, en el contexto de las negociaciones, su gobierno pretende incluir en el TLCAN capítulos sobre igualdad de género, derechos de los indígenas y protecciones de los trabajadores, que corrijan esas asimetrías hacia arriba.

William Morneau ha planteado la necesidad de un acuerdo “más progresista”. En las rondas celebradas en Washington y México DF, los negociadores canadienses subrayaron la importancia de mejorar las condiciones laborales de los trabajadores mexicanos, mucho más laxas y desfavorables que las vigentes en su país.

“Nos queda mucho por hacer: asegurarnos de que el crecimiento se comparte con las clases medias y los sectores más vulnerables de nuestras sociedades. Siempre es posible mejorar: salvaguardas laborales, protección de los indígenas, del medioambiente... Tenemos que trabajar de manera conjunta para crear un futuro mejor para todos”, ha dicho el ministro de Finanzas.

Según refiere el diario español El País en su edición internacional, el TLCAN ha contribuido a que unas 3.600 empresas canadienses operen en México, en sectores como energías fósiles y renovables, minería, consumo y sector financiero. Por otro lado, unos “26.000 trabajadores temporales mexicanos son contratados cada año en el sector agroalimentario canadiense y 5.000 nacionales del país latinoamericano cursan sus estudios en Montreal, Vancouver o Toronto”.

Publicado el 28-09-2017
Foto: publicdomainpictures (jornaleros mexicanos en California).