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LOGÍSTICA INTERNACIONAL

Cómo reaccionó el transporte ante la pandemia

Enfocado en la región, este estudio analiza en particular el tráfico aéreo de pasajeros y el movimiento marítimo de contenedores a partir del brote del Covid-19. Evalúa también aspectos como la concentración de los mercados, el rol de los gobiernos y los impactos en la asequibilidad de los servicios.

 

Al ejemplo de las consecuencias observadas en otras partes del mundo, la pandemia ha llevado a la interrupción de una parte significativa de las actividades productivas en América Latina y el Caribe, principalmente aquellas vinculadas a la construcción, combustibles y turismo, además de la consiguiente contracción de demanda (CEPAL, 2020). Se proyecta, también, que el valor de las exportaciones de la región caerá un 23%, con una disminución de los precios del 11% y una contracción del volumen del 12%, mientras que el valor de las importaciones de la región se contraerá un 25%.

Las cadenas globales de valor fueron el principal canal de transmisión de los efectos del COVID-19 al comercio mundial. En América Latina, la disrupción de las cadenas de suministro, comenzando por los proveedores chinos y luego por la producción europea y estadounidense, afectaría principalmente a los sectores manufactureros de México, Argentina y Brasil. La adopción de las medidas esenciales de respuesta a la crisis también ha tenido gran impacto sobre la demanda agregada en la región, resultando en una fuerte reducción de la actividad en varios sectores económicos.

En el transporte marítimo, las proyecciones de las variaciones en los principales rubros del comercio internacional, para el 2020, varían entre productos. Los tráficos de mineral de hierro terminarían el 2020 con un crecimiento del 1%, el carbón -8%, y los graneles secos +5%. La variación en contenedores sería de -7%.

Las caídas del tráfico de contenedores han estado especialmente marcadas en los meses de abril y mayo, después de observarse que en enero y febrero la actividad aún se mantenía en alza. En el acumulado de enero a junio de 2020, la caída de comercio marítimo en contenedores en todo el mundo era del 7%, y en América Latina casi del 8%.

En el caso aéreo, las caídas de actividad llegan a poner en riesgo a la industria y sus trabajadores y puede mermar la conectividad aérea de la región. Las severas restricciones a los viajes adoptadas en todo el mundo provocaron que la industria de la aviación haya sido uno de los sectores económicos más afectados por la pandemia. Al final de junio de 2020, los indicadores de tráfico aéreo de pasajeros (RPK) y de carga aérea (FTK) mostraban caídas interanuales de 94,2% y 40,2% respectivamente, mientras para que los países de América del Sur con datos actualizados (Argentina, Brasil y Chile), las caídas fueron de 91,1% y 18,1%, respectivamente.

La industria marítima reaccionó rápidamente a las circunstancias creadas por el brote de COVID-19, protegiéndose con herramientas que ya había practicado en la gran crisis anterior, de 2008-2009. En 2020 la estrategia industrial surtió efecto y evitó una caída más estrepitosa de sus ingresos. Aun así, varias de las principales líneas navieras del mundo han recibido o están por recibir el apoyo de sus gobiernos.

La posible evolución de la pandemia y las medidas que se deberán implementar para retomar los servicios aéreos a pleno, sumada a las precarias condiciones financieras de muchas empresas antes de la pandemia, han llevado a la industria aérea a la peor crisis de su historia. Desde el inicio de 2020 hasta fines de julio, las aerolíneas perdieron más de la mitad de su valor de mercado a nivel mundial, mientras que en las de la región la caída llegó a casi 70%. Varias aerolíneas han solicitado también apoyo a sus gobiernos; se estima que el compromiso de estos alcanzaría a los 123 mil millones de dólares en ayuda financiera al sector. En los mercados emergentes, sin embargo, dichas medidas han tenido un alcance relativamente limitado, y algunas aerolíneas de la región se han acogido al proceso de restructuración financiera bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos (como Avianca y LATAM).

La incertidumbre con respecto a la evolución de la crisis, en todos sus aspectos, y lo que ha podido ser observado hasta el momento, configuran varias preocupaciones sobre el futuro de la logística aérea y marítima, como así también con respecto al servicio aéreo de transporte de personas, actividades todas que han sido declaradas “esenciales” por la gran mayoría de los países del mundo, y que han ratificado su carácter estratégico para el desarrollo.

Con relación al transporte marítimo de contenedores, tales preocupaciones se relacionan con la continuidad, y confiabilidad de los servicios, como así también en cuanto a las condiciones de competencia y organización industrial de los mercados.

En cuanto al transporte aéreo, dado el papel crucial que desempeña la aviación en la conectividad territorial doméstica e intrarregional, en el fomento del turismo internacional y los empleos generados, el devenir de las empresas del sector no es ajeno al desempeño de la economía de América Latina y el Caribe. Los impactos de la pandemia sobre los niveles de deuda de las aerolíneas y sus posibles consecuencias sobre rutas atendidas, frecuencias y tarifas de los servicios, pueden tener efectos negativos sobre la conectividad de los territorios extremos y la asequibilidad de sus servicios. Ello, dado que muchas zonas insulares o de dificultosa accesibilidad terrestre dependen de los servicios aéreos para la movilidad de sus habitantes, la logística de sus cargas y la llegada de turistas.

[De la Introducción.]

 

Título: Logística internacional pospandemia: Análisis de las industrias aérea y de transporte marítimo de contenedores.
Autor: Ricardo J. Sánchez y Fabio Weikert.
Editor: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Serie: Comercio Internacional, 162.
Mes / año: febrero 2021.
Páginas: 86.

 

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