Close
UN ACTOR CLAVE EN AMÉRICA LATINA

Para saber más sobre el autotransporte de carga

El camión transporta más de 70% de las cargas nacionales y una parte creciente de los bienes comerciados entre países de la región. Sin embargo, el nivel de conocimiento sobre su desempeño es escaso. Este trabajo del BID procura paliar esa falencia a partir de 14 estudios sobre otros tantos mercados.

 

Como resultado de la globalización de las cadenas de abastecimiento, el transporte de cargas ha asumido una nueva dimensión e importancia. Debido al crecimiento de la economía de las últimas dos décadas, los movimientos de bienes se han incrementado sustancialmente en el mundo en todos los segmentos y modos de transporte: en los tramos nacionales (transporte carretero, ferroviario, aéreo y fluvial), en los nodos de transferencia (como los puertos y los aeropuertos) y en los tramos de transporte internacional (marítimo, aéreo y carretero). Este crecimiento ha obedecido a varios factores, entre los que se destacan la deslocalización de la producción y la expansión del outsourcing, por el cual los productores de bienes finales combinan insumos, partes y componentes que son provistos desde muy diversos orígenes. Así se ha ido conformando un modelo de producción caracterizado por la presencia de cadenas de abastecimiento globales, la dispersión de los puntos de producción y de consumo, la existencia de una fuerte competencia y la reducción de los inventarios. Estas tendencias han significado una enorme presión sobre los sistemas de transporte, que deben satisfacer los requerimientos de flujos cada vez más voluminosos en el marco de la prestación de servicios cada vez más exigentes en materia de costos, tiempo, confiabilidad y trazabilidad.

La logística de estas cadenas globales ha ido integrándose en el proceso de producción de bienes, por lo que la eficiencia de su funcionamiento impacta en forma directa sobre la competitividad de las economías. Ello implica un cambio profundo en el rol que el sistema de transporte de cargas tiene en el desempeño económico: como uno de los pilares de las actividades logísticas, enfrenta el desafío de contribuir al funcionamiento integral de la economía (que se ha tornado transporte-intensiva) y a la competitividad del comercio. Por eso los costos logísticos, en que se refleja no solo el precio de los servicios sino también su calidad, van constituyéndose en uno de los indicadores de competitividad relevantes para los países, junto con otros indicadores como los costos de producción o la capacidad de acceder a los mercados. La logística es vista como un motor de la competitividad, en la medida en que favorece las exportaciones al permitir precios FOB (franco a bordo) más competitivos y posibilita que una mayor proporción de esos precios remuneren a los productores. Una buena logística puede contribuir a la transformación de los productores que están más aislados geográficamente en exportadores.

La logística también impacta sobre el funcionamiento interno de la economía: el adecuado desempeño de los sistemas de distribución incide en el mercado interno de bienes mediante la consecución de menores costos de distribución que permiten reducir el costo de vida, favorecen el desarrollo de los emprendedores y facilitan la conexión de regiones o poblaciones más remotas. En términos de volúmenes de carga, los flujos internos son generalmente mayores que los correspondientes al comercio internacional. En la Argentina, por ejemplo, aproximadamente un 13% de las cargas internas (medidas en toneladas kilómetro) corresponden a las exportaciones; un 4%, a las importaciones, y un 83%, a los movimientos de cabotaje. Por eso, la logística de las cargas —de la que el transporte normalmente representa no menos del 50% de su costo— incide en la calidad de vida de la población y en la cohesión del territorio; no se limita a contribuir a una mejor inserción en las cadenas globales de valor, sino que constituye un factor clave para el funcionamiento competitivo e inclusivo de la economía en su conjunto.

El desplazamiento de las cargas a lo largo de las cadenas logísticas se realiza mediante los modos de transporte, que constituyen las opciones que la tecnología ha ido generando para dar respuesta a la necesidad de movimiento. Durante largos períodos de la historia, los impulsores del transporte fueron la tracción a sangre en el caso de los movimientos terrestres y el viento en el caso de los movimientos marítimos. La utilización del vapor a partir del siglo XIX revolucionó los modos de transporte, al permitir la introducción del ferrocarril y de las embarcaciones autopropulsadas. Durante el siglo XX se incorporaron nuevos modos de transporte, promovidos por el desarrollo de los motores de combustión interna, como el transporte carretero y el aéreo, y también se desarrollaron el transporte por tuberías y diversos sistemas para movilizar graneles. Como resultado de esta evolución, en la actualidad coexisten diversos modos de transporte, que se complementan y compiten, según el caso, para dar satisfacción a los movimientos de cargas que demandan las cadenas logísticas. En algunos casos dichos modos se integran, facilitando que tanto los pasajeros como las cargas completen sus viajes.

El transporte carretero tiene una participación preminente en las cadenas logísticas en cuanto vincula sus diversos eslabones, lo que se refleja en los valores agregados que presenta la matriz modal de carga. En los estudios de cadenas logísticas se muestra que el transporte carretero, a diferencia de otros modos, no se limita a prestar un servicio troncal en alguna de las etapas de la cadena, sino que participa en casi todas ellas, por lo que la calidad de su desempeño tiene un impacto que se multiplica. Esta perspectiva micro, a nivel de cadena, se refleja en los datos agregados del transporte de cargas, en que se muestra una participación relevante de este modo de transporte, que se detalla a continuación.

[Del Capítulo I]

 

Título: El transporte automotor de carga en América Latina: Soporte logístico de la producción y el comercio.
Autores: José A. Barbero y Pablo Guerrero.
Editor: Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Mes / año: Junio 2017.
Páginas: 115.

 

› Acceder al documento completo.

Tags: Autotransporte de carga

Tamaño del texto A A A