Desarrollan en el país una variedad de arándano
Tiene mayor duración y está pensada para el cultivo orgánico. El proyecto estuvo a cargo de la Facultad de Agronomía de la UBA y una cooperativa agraria.
La Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) y la empresa Early Crop, una cooperativa agraria local especializada en la exportación de productos frescos y congelados con producción propia en Tucumán, desarrollaron una nueva variedad de arándano con mejores características que las que se cultivan localmente, según informó la agencia TSS, de la Universidad de San Martín.
“Logramos un arándano larga vida, con muy buen gusto, que mantiene su firmeza y, como rasgo distintivo, está pensado para cultivos agroecológicos u orgánicos, ya que es más tolerante a adversidades biológicas, lo que permite que no sea necesario utilizar tantos agroquímicos”, destaca Gustavo Schrauf, director de Cultivos del Sur, el criadero de semillas de la FAUBA, donde tiene 20.000 nuevos genotipos de arándanos en evaluación.
Schrauf apunta que uno de los próximos desafíos es lograr una fruta de mayor tamaño, una de las demandas que actualmente presenta el mercado internacional. “En general, cuando es de mayor tamaño la fruta dura muy poco tiempo. Por eso, estamos cruzando a Naike (el nombre de la nueva variedad) con frutos más grandes para mejorarla”, explica.
Si bien este logro es el resultado de seis años de trabajo con Early Crop, la historia comenzó hace alrededor dos décadas, cuando esa cooperativa todavía no existía. “Desde la cátedra nos dedicábamos a forrajeras y el decano de la FAUBA nos consultó si podíamos hacer mejoramiento de arándanos a pedido de la empresa Tecnoplan, que hoy ya no está en el mercado”, recuerda Schauf, profesor titular de la cátedra de Genética en FAUBA, y destaca que la participación del ingeniero agrónomo Luis Taquini, especializado en la producción de arándanos, fue “imprescindible”.
El primer contacto surgió a inicios de la década de 2000, cuando Taquini se desempeñaba como técnico en Tecnoplan. Años más tarde, cuando el programa de mejoramiento de arándanos estaba en pausa, volvió a acercarse a través de Early Crop.
“El vínculo con la empresa es interesante porque a veces uno ve lo técnico, pero no las problemáticas u otras cuestiones económicas; la empresa tiene que tener capacidades estratégicas para poder sobrevivir y, al mismo tiempo, vincularse con la universidad también le da la posibilidad de hacer nuevos negocios”, afirma Schrauf.
Naike —un nombre inspirado en la hija de uno de los ingenieros que tuvo un rol destacado en su desarrollo— fue seleccionada en España como la variedad con mayor firmeza y entre las cuatro con mejor sabor, entre distintas variedades del mundo, agrega Schrauf. Eso despertó el interés de una empresa italiana y están en tratativas para firmar un acuerdo. Early Crops, que financió el proyecto, cuenta con exclusividad para la comercialización por 20 años, desde la inscripción de la variedad.
En la Argentina, Naike permitirá que los productores locales reemplacen sus cultivares por uno de mejor calidad, con mayores rendimientos y con genética nacional, no solo para la exportación sino también para el mercado interno, ya que ofrece mayor estabilidad y permitiría una cosecha escalonada.
Para la mayoría de los cultivos comerciales que se cosechan en la Argentina, las semillas son importadas de otros países donde son producidas por grandes empresas multinacionales que concentran el mercado. En el caso particular de los arándanos, según datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, en la Argentina hay 56 variedades de arándanos inscriptas en el Instituto Nacional de Semillas (INASE), de las que 93% proceden de Estados Unidos y solamente cuatro han sido obtenidas localmente.
“Generar genética propia permite tomar decisiones y atender a problemáticas locales, como la producción escalonada, la búsqueda de resistencia a enfermedades locales o que se adapte al gusto de argentino”, señala Schrauf. “Además de buscar un fruto más grande y de larga duración, vamos a trabajar pensando en variedades que se adapten a las distintas regiones argentinas, pensando principalmente en el mercado local, ya que al arándano se le agrega valor haciendo mermeladas y jugos, por ejemplo, y tiene propiedades nutracéuticas”, agrega.
La producción local de arándanos, que comenzó en la década de los 90, está actualmente a cargo de 148 productores, que cultivan alrededor de 2.800 hectáreas distribuidas sobre todo en Tucumán, Catamarca, Salta, Entre Ríos, Corrientes y una pequeña parte de Misiones, aunque también hay plantaciones en la provincia de Buenos Aires. De las 20.300 toneladas promedio que se cosechan todos los años, 90% se exporta, principalmente como producto fresco.
Las variedades más cultivadas son las denominadas Emerald y Jewel, que están en el país desde 2003, junto con Snowchaser, inscripta en 2008.
El precio internacional cayó abruptamente luego del ingreso agresivo de Perú al mercado. La Argentina logró mantener su posicionamiento ofreciendo un producto más costoso pero diferencial, con certificaciones que garantizan que la cosecha no incluye trabajo infantil ni uso de agroquímicos.
Publicado el 11-02-2022
Fuente / Foto: Agencia TSS.