China abre más su mercado a la carne argentina
Tras el acuerdo de las autoridades sanitarias de ambos países, la oferta podrá sumar nuevos cortes vacunos e incorporar los de origen ovino y caprino.
Autoridades sanitarias de ambos países aprobaron los protocolos que permitirán incrementar los despachos de carne bovina argentina al mercado chino y la introducción de carne ovina y caprina patagónica. “Ahora le toca el turno a los frigoríficos de desarrollar el mercado e incorporar valor para que la excelente carne de nuestros productores llegue al consumidor chino de la manera más provechosa para nuestro país”, afirmó el embajador Diego Guelar.
Esos avances se produjeron durante una videoconferencia de la que participaron Guelar, el agregado agrícola de la embajada, Hernán Viola, autoridades y técnicos de la General Administration of Quality Supervision, Inspection and Quarantine (AQSIQ) y sus pares del Senasa argentino, encabezados por su presidente, Ricardo Negri. En esta instancia, fueron analizados en detalle los 16 artículos de cada protocolo. Ahora, resta la firma del titular de la AQSIQ y el ministro de Agroindustria de la Nación.
El acuerdo, que según comentó Viola constituye un “hecho histórico” tras 15 años de negociaciones (ver Argentina suscribe nuevos protocolos con China), involucra carne bovina enfriada y congelada con y sin hueso, y carne ovina y caprina de la Patagonia, detalló el Senasa en un comunicado, donde refiere que las ventas de esos productos a China generaron en 2017 un ingreso de 405 millones de dólares.
El secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Horacio Reyser, destacó esa firma “implicará que carne bovina argentina pueda ingresar al mercado de nuestro segundo socio comercial, que actualmente importa 2.500 millones de dólares anuales de carne vacuna, lo que ofrece una gran oportunidad para nuestros productores”.
“Es un nuevo gran paso en nuestra estrategia de inserción comercial en el mundo, y especialmente, en los mercados asiáticos. China es para nosotros un socio fundamental, y en ese vínculo que se viene fortaleciendo día a día, la aprobación de ingreso para nuestros productos es algo que nos indica que estamos en el rumbo correcto. Y por eso hay que celebrarlo”, señaló a su vez el canciller Jorge Faurie.
Las vacas argentinas, que para algunos siguen siendo un emblema de la nacionalidad, están en el origen de una porción importante de las ventas externas.
En el primer semestre de 2017, de acuerdo con las cifras del INDEC, el complejo bovino era el cuarto en orden de importancia —detrás del oleaginoso, el cerealero y el automotriz— con una participación de 4,7% sobre las exportaciones totales, equivalente a unos 1.328 millones de dólares, una suma 6,8% superior a la de igual período del año anterior, pero 24,2 por debajo de la registrada en 2014 e inferior incluso a la del declinante 2015.
Como todo el mundo sabe, las vacas proporcionan carne, leche y cuero —sin contar el metano y el óxido nitroso que expulsan con sus flatulencias y eructos, una parte significativa de los gases de efectos invernadero.
Esos tres productos son la materia prima de otros tantos subcomplejos, cuya incidencia en el complejo bovino ha mostrado cambios significativos en los últimos tiempos. Si se toman las cifras de los años completos para el período 2013-2016, puede observarse que la participación relativa de las carnes pasó de 34,4% a 46,9%, sin que creciera el valor absoluto de sus ventas externas. El fenómeno se explica por el desplome de los despachos de lácteos, que habían generado ingresos por 1.460 millones de dólares en 2013 y reportaron sólo 643 millones en 2016.
Siempre según el INDEC, las carnes bovinas y sus preparados generaron exportaciones por valor de 684 millones de dólares en los primeros seis meses de 2017, de los que 30,4 correspondieron a China, 29,7% a la Unión Europea, 12,0% a Chile, 9,9% a Medio Oriente y 4,8% al Mercosur.
De acuerdo con los datos de fiscalización del Senasa, la Argentina había exportado en el período enero-noviembre de 2017 un volumen de 153.847 toneladas de carnes, 101.781 de menudencias, 20.033 de la cuota Hilton y 4.203 correspondientes a la Cuota 481, también de la Unión Europea, de cortes de alta calidad provenientes de ganado alimentado en feedlots (corrales de engorde).
China, otra vez, es el principal destino para las carnes bovinas no procesadas, excluidas las de las cuotas Hilton y 481, con 55,0% del volumen total, seguida a prudente distancia por Chile, Israel, con 14,6% y 10,7% respectivamente, y más lejos aún por Rusia, con 6,6%, y Brasil y Alemania, con participaciones cercanas a 3,5% en cada caso.
Con volúmenes de 1.342 y 96 toneladas hasta noviembre, las carnes ovinas y caprinas tienen todavía un papel marginal en las exportaciones argentinas. Brasil, con algo más de 32,1% del total, es el principal destino para las primeras, seguido por Países Bajos, Israel, España y Portugal. Las segundas son demandadas por cinco mercados: Angola, Bahamas, Portugal, Saint Maarten y la República Democrática del Congo.
La última edición de las Perspectivas agrícolas elaborada por la OCDE y la FAO, que evalúa las principales tendencias de la producción y el comercio para un período de 10 años, refiere que el comercio mundial de la carne se recuperó en 2016, al aumentar 5%, a 30 millones de toneladas, tras la baja de 2015.
La suba fue de 9% para la carne de cerdo, 5% para la de aves de corral y 3% para la bovina, mientras la de ovino cayó 3%. Ese mismo año, las importaciones se incrementaron en los casos de China, Chile, Corea, México, la Unión Europea, Filipinas, Sudáfrica y Emiratos Árabes Unidos, mientras disminuyeron para Estados Unidos, Canadá, Australia, la Federación Rusa y Angola, como resultado de una mayor producción interna.
Por su parte, aumentaron las exportaciones de Brasil y la Unión Europea, y en menor medida las de Estados Unidos, Argentina, Canadá, México, Nueva Zelanda, Paraguay y Tailandia, al tiempo que retrocedían las de Australia, China, India, Sudáfrica y Turquía.
El informe sostiene que “el crecimiento de la demanda de importaciones será escaso durante los primeros años del periodo de las perspectivas, en particular debido a la baja en las importaciones de China y la Federación de Rusia” y que en cambio “se fortalecerá en la segunda mitad del periodo de proyección [2022-2026], debido al crecimiento en las importaciones del mundo en desarrollo”.
Para OCDE-FAO, la suba más significativa de las importaciones provendrá de Filipinas, Vietnam y África Subsahariana. Estiman también que, si bien los países desarrollados seguirán concentrando poco más de la mitad de las exportaciones de carne, esa incidencia tenderá a reducirse para 2026. Finalmente, calculan que Brasil y Estados Unidos explicarán cerca de 44% del total y contribuirán con casi 70% al aumento esperado de los despachos para el período en cuestión.
Publicado el 22-01-2018
Foto: Senasa.