PANALPINA
Estrategia global con acento local
Monika Ribar, CEO del grupo suizo, visitó el país para tomar contacto directo con los clientes y respaldar a la nueva gestión. Con fuerte presencia en el transporte aéreo y marítimo, la firma busca ganar terreno en la gestión logística integral.
Por Roberto A. Pagura
“Creemos en este mercado. Vemos que hay un fuerte desarrollo en la Argentina y muchas oportunidades para nuestro negocio. Y en 2010 queremos invertir en infraestructura, abriendo nuevas oficinas, para ofrecer renovadas soluciones a nuestros clientes”, dice Monika Ribar, CEO del grupo suizo Panalpina. Durante una visita al país realizada a fin de diciembre último, la ejecutiva concedió una entrevista exclusiva a terminalC, en la que se refirió al impacto de la crisis internacional en la actividad, al desempeño de la región y a la estrategia global que se ha trazado la compañía para crecer y fortalecerse en un terreno donde la competencia es cada vez más intensa.
Según refiere la ejecutiva, la crisis comenzó a manifestarse en el último trimestre de 2008 con una fuerte caída de los volúmenes, particularmente en ciertos sectores de la industria —como el automotriz o el de alta tecnología— y en los mercados norteamericano y europeo. Durante el primer semestre de 2009, y a partir de una rápida adaptación de la estructura global de la compañía, la retracción de ingresos pudo ser compensada con una reducción de costos; pero en la segunda mitad del año, se produjo lo que califica como un “segundo golpe”. En efecto, al tiempo que la actividad comenzaba a repuntar, se verificó un aumento de las tarifas, porque “los transportistas aéreos y marítimos habían retirado capacidad del mercado”. Entonces, señala, “nuestra presión se concentró en los márgenes”.
Para 2010, apunta Ribar, la expectativa está puesta en un incremento de los volúmenes en el transporte marítimo y en un comportamiento estable del aéreo. Entretanto, el grupo viene encarando una serie de cambios en la organización global. “Lo que hemos hecho básicamente —explica— es darles aún más poder a los países, que es donde se realizan los negocios concretos. Y al hacer eso, creemos haber mejorado la comunicación dentro de la red. Siempre hay alguien en el mundo que tiene que hacer bien su trabajo. Y es por eso que afianzamos las organizaciones locales para que trabajen mejor en red entre ellas.”
Como parte de esa política, hubo cambios en las gerencias de algunos países, entre ellos, la Argentina. “Y me satisface mucho lo que veo acá por la fortaleza del país y de los servicios que ofrecemos”, dice la ejecutiva. Una de las razones que motivó su viaje a la región —que incluyó a Brasil y Chile— fue precisamente el buen desempeño que viene teniendo Latinoamérica, de donde proviene cerca de 10% de los ingresos globales de Panalpina de acuerdo con el último reporte anual, correspondiente a 2008, una cuota algo menor a la que exhibe la región de Asia Pacífico, por ejemplo, con 14% del total.
Lo previsible es que China contribuya en los próximos años a un incremento de esta participación. “La buena y la mala noticia es que no nos necesita, porque tiene un mercado interno muy grande; pero pensamos que el desarrollo del mercado chino va a ser muy importante en el futuro y va a traer oportunidades tanto para Latinoamérica como para Estados Unidos y Europa”, dice Ribar. Y añade que la compañía tiene allí una “muy buena oferta” en materia de gestión de cadena de suministros.
De acuerdo con ese mismo informe, 49% de la facturación global del grupo suizo tiene origen en el transporte aéreo, 37% en el marítimo y 14% en las prestaciones de supply chain management. La estrategia apunta a incrementar la incidencia de este último segmento, por dos razones básicas: la necesidad de presentar una oferta cada vez más integral a los clientes y la comoditización de los servicios de transporte, que se traduce en una reducción de los márgenes operativos y obliga a poner el foco en actividades más rentables.
Panalpina, con medio millar de oficinas en 80 países —y presencia en otros tantos por intermedio de compañías asociadas— está organizada en 22 territorios. Tres de ellos pertenecen a Latinoamérica: Middle Americas comprende desde México a Panamá; Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú pertenecen al área andina; y Mercosur integra a Brasil, la Argentina, Uruguay y Chile, con jurisdicción sobre Bolivia y Paraguay.
Josef Zech, suizo y con varios años en la región, es el responsable de esta última área y tiene su despacho en San Pablo, Brasil. Al igual que Ribar, cree que la nueva estructura ofrece la oportunidad de reaccionar más rápidamente ante los cambios de escenario, una de las premisas que viene promoviendo la casa matriz. En diálogo con esta revista, dice que Panalpina espera un crecimiento de 10% en la región, particularmente a partir del desempeño de Brasil, “un país donde tenemos muchas esperanzas y que está en un camino muy sólido”.
Zech ratifica la apuesta a la gestión de la cadena de suministros, sin perjuicio de fortalecer la presencia en el transporte aéreo y marítimo, pilares del grupo. Y dice que están previstas inversiones en Brasil, la Argentina y Chile para crecer en ese aspecto. Revela también que se viene incursionando en el tráfico terrestre entre los tres países, con la oferta de servicios semanales de cargas consolidadas, que por ahora provienen mayoritariamente de la industria automotriz. Mientras confía en que el Mercosur se convertirá algún día en “un mercado común como tenemos en Europa”, añade que también esperan buenos resultados de negocios proyectados por empresas del sur brasileño con la zona franca uruguaya.
Con una facturación global de 8.878 millones de francos suizos en 2008 (unos 8.250 millones de dólares), Panalpina ocupaba entonces 14.800 personas en todo el mundo, 2.000 de ellas en Latinoamérica. También durante ese año, transportó algo más de 900.000 toneladas por avión, 1.278.000 TEU por buque y 1,4 millones de toneladas en cargas no contenedorizadas o de proyecto. Según estudios de mercado y estimaciones de la propia compañía, esas cifras la ubican como el tercer agente de carga aérea y el cuarto en transporte marítimo. Dentro de su gestión de negocios, tienen un peso creciente lo que denominan industrias verticales, principalmente las que corresponden a los sectores automotriz, químico y farmacéutico, de alta tecnología, de comunicaciones y de petróleo y gas, junto al segmento textil y al de retail.
La política de recursos humanos juega un papel decisivo en Panalpina. Las sucesiones son cuidadosamente planificadas y la promoción a puestos superiores presupone que el elegido se ha desempeñado en diversas áreas que ponen a prueba sus potencialidades y ha participado en diversas instancias de capacitación y entrenamiento. José Canales, su máximo ejecutivo en la Argentina, lleva largo tiempo en la compañía, a la que se incorporó en Estados Unidos, donde realizó estudios superiores en comercio internacional. Tras sucesivos pasos por Europa, Miami y Hong Kong, destino en el que estuvo cuatro años, su nombramiento en la Argentina le permite estar cerca de su Perú natal, por primera vez en muchos años.
Canales afirma que esa política ha hecho posible, no sólo transiciones ordenadas en el recambio de ejecutivos, sino responder rápidamente ante cambios imprevistos. Rescata también la formación continua en diferentes aspectos de la actividad —como las finanzas, el marketing o la gestión de recursos humanos—, que permiten contar con una visión integral del negocio. Y asegura que Panalpina tiene un reconocido prestigio como cuna de formación de ejecutivos, con un muy alto grado de lealtad y de retención entre su personal.
En lo que va de su gestión, que arrancó en mayo del año pasado, la estrategia se ha orientado a diversificar los negocios y mejorar la ecuación financiera, sobre todo en vista del alto costo del crédito. “El mercado tenía la percepción de que Panalpina era muy fuerte como operador aéreo y marítimo. Nos enfocamos en vender y hacerles saber a nuestros clientes que éramos mucho más que eso: una solución integral para todas sus necesidades”, afirma.
Así, Panalpina comenzó a incursionar en el tráfico terrestre ya comentado por Zech, pero también en la gestión de despacho de aduana, con una modalidad que pone el acento en el cumplimiento estricto de todas las regulaciones y normativas vigentes, aunque esto signifique un ligero sobretiempo respecto de los plazos que se prometen corrientemente en el mercado. La propuesta, dice Canales, es valorada por empresas que reciben cada vez más auditorías de sus casas matrices o de las autoridades regulatorias de sus países de origen.
Para el año que recién se inicia, Panalpina tiene previsto abrir oficinas en Mendoza —con la mira puesta en la industria vitivinícola— y en Ushuaia, donde está detrás de una serie de acuerdos para la provisión de materiales destinados al ensamblaje de teléfonos celulares en la isla, a partir del nuevo régimen vigente. De hecho, ya es la tercera pata de un convenio entre un fabricante coreano y un importante ensamblador local, que contempla el transporte de 5 millones de kilos a lo largo de los próximos 12 meses. También se viene apuntando al diseño de plataformas logísticas para la gestión de la cadena de suministros, una experiencia que ya han comenzado a transitar con firmas de primer nivel, y que se vio de algún modo favorecida cuando la crisis obligó a las empresas a replantear la estructura de costos y concentrarse en lo esencial del negocio.
Junto a una mejora en la administración del cash flow, se ha reformulado también el equilibrio entre las grandes cuentas —pertenecientes a lo que denominan clientes globales— y las pequeñas y medianas. Hoy, la proporción es 40-60, mientras hace un año era exactamente la inversa, dice Canales. Y explica que, mientras las primeras aseguran previsibilidad y permiten negociar condiciones preferentes con transportistas aéreos y marítimos, las segundas ofrecen márgenes de rentabilidad más holgados.
METAS Y RIESGOS. Monika Ribar ingresó en 1991 a Panalpina. Luego de desempeñarse como CIO (Chief Ejecutive Officer) y CFO (Chief Financial Officer), fue nombrada en el máximo puesto ejecutivo del grupo en 2006. Distinguida por Financial Times como una de las 50 mujeres más importantes en el ámbito de los negocios mundiales, dice que no es de aquellas personas que viven atormentadas por el movimiento diario de las acciones. Por el contrario, cree en el crecimiento orgánico, de largo plazo, como fuente de creación de valor.
Tal como manifestó a terminalC, está convencida también de que, “para dirigir una compañía, es mucho más importante la personalidad que el hecho de ser hombre o mujer”. Sin embargo, reconoce que las mujeres en funciones ejecutivas están más expuestas, porque son menos, y que no es fácil combinar familia y trabajo. “En cierto punto, uno tiene que tomar una decisión: renunciar a la familia y dedicarse a su carrera. Por otro lado, en nuestras sociedades todavía es algo muy inusual que una mujer siga una carrera y eso hace que muchas piensen que no tienen ninguna posibilidad. Esto es un obstáculo en sí mismo, porque aun cuando hubiera muchas mujeres —y estoy seguro de que las hay— con buenas aptitudes, no se animan o no asumen el riesgo de ir por una meta.”
Narvaez ofrece maquinaria agrícola en Córdoba
Cualquier persona o empresa puede participar sin costo de las subastas.Entre los destacados se encuentran tractores usados de reconocidas marcas, minicargadoras y cargadoras frontales, además de equipos para logística.
Kicillof llamó a defender la producción industrial
“La industria bonaerense no se rinde ni baja los brazos”, afirmó Kicillof.El gobernador habló en el cierre de un congreso que reunió a dirigentes empresariales y sindicales y representantes de la ciencia y la universidad.