CARGA AÉREA
De regreso a los buenos tiempos
El mercado local muestra visibles signos de recuperación, sobre todo gracias al impulso de las importaciones, y apuesta a una exitosa temporada de perecederos. Tres operadores de primer nivel, LAN, Aerolíneas y TAM, refieren su experiencia.
Por Roberto A. Pagura
Tras el derrumbe de 2009, el mercado argentino de carga aérea viene mostrando claros signos de recuperación, fundamentalmente gracias al impulso de las importaciones. De hecho, dos tercios del incremento de volumen registrado en los primeros ocho meses del año provienen de ese segmento, que ya ha superado su propio récord de 2008. En cambio, las exportaciones experimentan un crecimiento más lento y los operadores apuestan a la temporada de perecederos, que tendrá su clímax en este bimestre.
Como es ya habitual, las cifras muestran una importante concentración en pocos mercados y compañías, con ligeras variaciones. Para el período enero-agosto de este año, los diez primeros destinos acumulan casi 60% del volumen despachado. Y Miami ratifica su primacía —pese a un incremento inferior a la media sobre los valores del año pasado—, seguida ahora por San Pablo y México DF, que escalan posiciones desde el tercero y el séptimo lugar tras subas cercanas a 90%. Fráncfort también mejora su desempeño y, en cambio, pierden posiciones Santiago, Madrid y Caracas, aunque sólo esta última sufre una pérdida neta de carga.
Entretanto, LAN Airlines convalida su liderazgo en ambos segmentos, con una participación que en ambos casos ronda 23%, según las cifras de Terminal de Cargas Argentina (TCA). En exportaciones, donde Air France, Aerolíneas Argentinas, American Airlines e Iberia mantienen las siguientes posiciones, las diez primeras controlan 72% del volumen, contra 77% del año pasado. Y se destaca el desempeño de TAM y UPS, con aumentos de 143,4% y 120% respecto de las cifras de 2009.
Por el lado de las importaciones, donde la participación de las top ten pasa de 78% a 77% entre 2009 y 2010, American desplaza como escolta de la firma chilena a Martinair, que ahora ocupa el tercer puesto, seguida por Iberia y Aerolíneas. La compañía estadounidense y la española muestran la mejor performance, con subas de 109% y 102%, respectivamente, mientras TAM se ubica inmediatamente después, con 97,9%.
Cuando se mira el comportamiento de los cinco principales destinos —que absorbieron más de 38% del volumen despachado por Ezeiza durante los primeros ocho meses del año—, la concentración es todavía más acentuada, aunque de menor magnitud que la observada durante 2009. En el caso de Miami, las tres primeras compañías, American, LAN y Aerolíneas, absorben 81,3% del volumen. En San Pablo, casi 90% está en manos de TAM, UPS y British Airways. En México, las compañías de ese origen (representadas aquí por Chiemese) y LAN se quedan con 97,2%, mientras Centurion Cargo asoma muy lejos con 1,5%. En Santiago, previsiblemente, LAN suma más de 72%, mientras Air Canada se ubica con casi 20% y Gol aporta 2,7%. Finalmente, Air France explica casi 79% de la carga enviada a París, donde Iberia llega con 11,3% y Continental, con 2,6%.
La referida apuesta a los perecederos, que en 2009 representaron casi 42% de la carga operada en Ezeiza, tiene su fundamento. A lo largo del año pasado, sus volúmenes habían experimentado una caída cercana a 17% sobre los valores de 2008, contra casi 32% en el caso de la llamada carga seca; pero, si se considera el último cuatrimestre del año —escenario de la habitual temporada, que alcanza su máxima expresión en noviembre—, las casi 20.000 toneladas despachadas prácticamente igualaban la cifra del ejercicio anterior.
La región muestra semejanzas y diferencias con la Argentina. El comportamiento del mercado chileno es el más parecido, aunque el crecimiento es menor. En conjunto, los volúmenes operados de enero a agosto muestran una suba de 15% respecto de los registrados en igual período de 2009, con un aumento de 28,2% para las importaciones, que llegan a su nivel de 2008, y de 5,2% para las exportaciones, que aún están 16,7% por debajo de aquella marca.
Para Brasil —donde el mercado doméstico tiene casi tanta significación como el internacional y las estadísticas publicadas por Infraero no discriminan entre exportaciones e importaciones—, los aumentos también se encuentran por debajo de las marcas argentinas, aunque son mayores que las chilenas. Con casi 30% en el mismo lapso, el volumen operado todavía no iguala el de dos años atrás.
Ni Chile ni Brasil habían sufrido retrocesos tan importantes como la Argentina durante 2009. Tampoco Colombia, que este año está cerca de recuperar lo que había perdido el año pasado. En efecto, las cerca de 320.000 toneladas operadas en los primeros ocho meses del año están a algo menos de 8% de distancia de las 345.000 registradas en igual lapso de 2008.
“LAN Cargo no es ajeno a este proceso en la región; de allí que en lo que va del año hayamos transportado 20% más de toneladas”, dice su gerente general en la Argentina, Carlos Larraín, consultado por terminalC. Y añade: “Si nos comparamos con 2008, también estamos con más kilos arriba de nuestros aviones, lo cual es lógico si lo pensamos desde los mercados en los que operamos y el fuerte impulso que nos da estar volando con aviones cargueros desde Colombia y en el doméstico de Brasil.”
Aunque ve signos positivos, el ejecutivo destaca que en la Argentina “la recomposición es más lenta y no todos los destinos han tenido la misma variación”. De todos modos, refiere que la oferta de bodega ha crecido respecto del año anterior, mientras el factor de ocupación (FO) ha tenido un comportamiento diferente según el mercado de destino. “México, Brasil y Europa han mejorado sus FO, pero esa situación no se repite en Venezuela o Estados Unidos. Sin embargo, hay que tener en cuenta la estacionalidad: a mediados de octubre comienza la exportación de arándanos y los FO a Estados Unidos y Europa empiezan a cambiar”, dice Larraín.
Para el próximo año, tras la debacle de 2009 y la rápida recuperación durante 2010, estima que se producirá una previsible desaceleración del ritmo de crecimiento. “De a poco, las empresas se reacomodan, retoman su flujo controlado de producción y esto incide directamente en la logística. No necesitan correr detrás de la demanda, y el equilibrio entre oferta y necesidades de los mercados termina por ordenar el ciclo del transporte tanto aéreo como marítimo”, explica.
Con una previsión de crecimiento moderado, de entre 5% y 6%, y una continuidad en la reactivación de los Estados Unidos, Larraín cree que probablemente habrá más oferta de bodega en América latina, por dos motivos: “El primero es que ha demostrado ser una de las regiones que más crece y el segundo, que aviones que estaban destinados a otras geografías o estaban parados en el desierto serán desplazados a las zonas de más crecimiento. Quizás esto presione sobre los precios, pero hay que esperar un poco más y ser cautos en materia de especulación.”
En el caso concreto de la Argentina, y tras un muy buen desempeño en los meses de junio a septiembre, la compañía ve con muy buenas perspectivas la temporada alta, donde a la habitual oferta sobre Ezeiza se sumará Tucumán, como parte del énfasis en “acercar la producción argentina al mundo desde las provincias mismas”. “Estimamos que para nosotros el año terminará con 15% más de kilos transportados respecto al 2009”, apunta el ejecutivo.
Finalmente, ratifica la apuesta del grupo a la región. “Vale la pena poner los ojos y el esfuerzo en América latina. Continuaremos creciendo en flota y renovando nuestros aviones, para ser no sólo cada vez más competitivos sino también más respetuosos del medio ambiente y servir mejor a nuestros clientes”, concluye.
Maximiliano Pozaric, gerente de Cargas de Aerolíneas Argentinas, ve también con buenos ojos el comportamiento del mercado, sobre todo por el lado de las importaciones, y señala que están operando al límite de su capacidad, muy atada a los servicios regulares de pasajeros.
Pozaric refiere que la compañía está inmersa en un proceso de cambio que llevará su tiempo, pero enfatiza que la reciente introducción del sistema de gestión Cargospot permite contar con herramientas imprescindibles, de las que se carecía hasta hoy. “Estábamos trabajando en la prehistoria”, admite el ejecutivo, sin registros confiables ni elementos para un adecuado gerenciamiento.
La recuperación de la confiabilidad de Aerolíneas en materia de servicios ha tenido fuerte impacto, dice Pozaric; pero el incremento de las frecuencias genera resultados ambivalentes. Por un lado, suman bodega Miami, donde se pasó de cuatro vuelos semanales a uno diario, Barcelona, con uno más, y Bogotá, que ahora dispone de un equipo de cabina ancha; en cambio, la regionalización en Aeroparque ha provocado pérdida de carga. Según comenta, “nadie quiere operar” en esa terminal, donde la infraestructura, particularmente aduanera, no tiene el nivel de Ezeiza.
“Estamos muy fuertes en Miami, sobre todo en temporada de perecederos”, asegura. Y añade que tanto allí como en Madrid se ofrece la posibilidad de que la carga continúe con camiones, algo que ya probó su eficacia en Europa durante la temporada de carne. En una empresa donde la prioridad pasa por el servicio de pasajeros y con las limitaciones que impone trabajar mayoritariamente con equipos de cabina angosta, la apuesta de la nueva gestión está enfocada en mejorar los procesos y la eficacia, para generar nuevos negocios.
La brasileña TAM también opera al límite de su capacidad. Con once vuelos diarios en Ezeiza, tres de ellos paletizados, “estamos 54% arriba en kilos y 92% en facturación, comparando enero-septiembre de este año con enero-septiembre 2009”, dice Rodolfo Galvalisi, gerente de la división Cargo en el país. Tras explicar que ese paletizado permitió que la compañía “entrara en otro mercado”, apunta que esperan muy buenos resultados de la temporada de productos frescos. “Estamos destinando prácticamente dos aviones grandes y medio al perecedero, con una suba de 25% a 30% sobre lo que hicimos el año pasado”, cuando la compañía transportó 700 toneladas de frutas.
Junto a Brasil, la compañía tiene en Paraguay una plaza importante, mientras Estados Unidos y Europa incrementan su participación en época de perecederos. Durante el resto del año, el Viejo Continente también ofrece interesantes posibilidades para algunos laboratorios y para la carne, aunque este último producto, según afirma el ejecutivo, ha sufrido los efectos de la restricción a las exportaciones.
Respecto del año próximo, Galvalisi es optimista. Aunque se produzca una cierta desaceleración en la demanda de Estados Unidos o Europa, estima que ello se verá compensado con el fuerte crecimiento de la economía brasileña. “En nuestro producto, no se va a sentir tanto. Creo, incluso, que va a faltar bodega para Brasil el año que viene, sobre todo con la noticia de que algunas compañías dejarán de operar la escala en San Pablo”, concluye.
MÁS CAPACIDAD. Terminal de Cargas Argentina (TCA), unidad de negocios de Aeropuertos Argentina 2000, amplió su capacidad para almacenaje de productos perecederos en Ezeiza, de 1.700 a 3.400 metros cuadrados. En esas instalaciones, y una vez ingresadas a las precámaras por alguna de las rampas de recepción, las mercaderías son acondicionadas y paletizadas sobre los equipos de los aviones, siempre con temperaturas controladas, e introducidas en la cámara frigorífica propiamente dicha cuando su naturaleza lo requiere. A su vez, los palets son movilizados mediante autoelevadores o tractores eléctricos para evitar la contaminación con el dióxido de carbono que emiten los motores a explosión.
Entre los meses de septiembre y diciembre, se incrementan los despachos de las denominadas frutas finas —principalmente arándanos, pero también cerezas, frutillas, grosellas y frambuesas—, que requieren ser resguardadas bajo ciertos rangos de temperatura. Las exportaciones de arándanos vienen creciendo significativamente y se estima que este año sumarán unos 12 millones de kilos.
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