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TRANSICIÓN ENERGÉTICA

Aumenta el empleo generado por las renovables

Durante 2021, ocuparon a 12,7 millones de personas, localizadas mayoritariamente en Asia. Preocupa a los sindicatos el perfil de los puestos de trabajo.

 

El empleo mundial en el sector de las energías renovables alcanzó 12,7 millones de puestos de trabajo en 2021, 700.000 más que el año anterior, a pesar de los efectos persistentes de la COVID-19 y de la creciente crisis energética, de acuerdo con el estudio Renewable Energy and Jobs: Annual Review 2022, publicado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) en colaboración con la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La novena edición de este informe (disponible en inglés) revela que la energía solar es el sector de mayor crecimiento y estima que genera 4,3 millones de puestos de trabajo, más de un tercio del empleo en energías renovables. Evalúa también que mercados nacionales fuertes son claves para afianzar el impulso hacia la industrialización de las energías limpias, junto al desarrollo de las capacidades de exportación.

Francesco La Camera, director general de IRENA, dijo: “Frente a numerosos desafíos, los empleos en energías renovables siguen siendo resistentes y han demostrado ser un motor fiable de creación de empleo. Mi consejo a los gobiernos de todo el mundo es que apliquen políticas industriales que fomenten la expansión de puestos de trabajo decentes en el ámbito de las energías renovables en el país. Impulsar una cadena de valor nacional no sólo creará oportunidades de negocio y nuevos puestos de trabajo para las personas y las comunidades locales. También reforzará la fiabilidad de la cadena de suministro y contribuye a una mayor seguridad energética en general”.

De acuerdo con el informe, casi dos tercios de todos estos puestos de trabajo se encuentran en Asia. Sólo China representa 42% del total mundial, seguida por la UE y Brasil, con 10% cada uno, y Estados Unidos e India, con 7% en cada caso.

Por su parte, el director general de la OIT, Guy Ryder, sostuvo: “Más allá de las cifras, cada vez se presta más atención a la calidad de los puestos de trabajo y a las condiciones laborales en las energías renovables, para garantizar un empleo digno y productivo. La creciente proporción de empleo femenino sugiere que las políticas y la formación específicas pueden mejorar significativamente la participación de las mujeres en las ocupaciones de las energías renovables, la inclusión y, en última instancia, lograr una transición justa para todos. Animo a los gobiernos y a las organizaciones de trabajadores y empleadores a que sigan firmemente comprometidos con una transición energética sostenible, que es indispensable para el futuro del trabajo”.

El estudio destaca que los países del sudeste asiático se están convirtiendo en importantes centros de fabricación de energía solar fotovoltaica y productores de biocombustibles. China, a su vez, es el principal fabricante e instalador de paneles solares fotovoltaicos y está creando un número creciente de puestos de trabajo en el sector eólico marino. India, en tanto, añadió más de 10 gigavatios de energía solar fotovoltaica y generó de ese modo muchos puestos de trabajo de instalación, pero sigue dependiendo en gran medida de los paneles importados.

Europa, que concentra cerca de 40% de la producción mundial de energía eólica y es el exportador más importante de equipos para ese segmento, está tratando de reconstituir su industria de fabricación de energía solar fotovoltaica. El papel de África es todavía limitado, pero el informe señala que hay crecientes oportunidades de empleo en las energías renovables descentralizadas, especialmente en apoyo del comercio local, la agricultura y otras actividades económicas.

En América, México es el principal proveedor de palas de aerogeneradores. Brasil sigue siendo el principal empleador de biocombustibles, pero también está añadiendo muchos puestos de trabajo en instalaciones eólicas y solares fotovoltaicas. Estados Unidos está empezando a crear una base industrial nacional para el incipiente sector eólico marino.

 

Claroscuros

Si bien la energía limpia genera empleos, la mayor parte se concentra en la instalación de equipos. Una vez concluido ese proceso, habrá nuevos puestos de trabajo, aunque menos que en la actualidad. Las plantas de energía solar, por ejemplo, requieren mucho menos personal que las convencionales.

Tal fue una de las preocupaciones expresadas durante un taller sobre tecnología solar fotovoltaica y de baterías, organizado por la Confederación Sindical Internacional, la IndustriAll Global Union —que agrupa a 50 millones de trabajadores de la minería, la energía y la industria de 140 países— y la central sindical de Noruega, en el marco de la iniciativa para una Transición Justa.

Los expositores plantearon que existe competencia por las baterías debido a su amplio uso y demanda y que las empresas están tratando de asegurarse el acceso a los minerales necesarios para su producción, así como investigando alternativas por temor a que se agoten. China, que mantiene un control significativo sobre esos minerales y la producción de energía limpia, tiene un fuerte papel en el conjunto de la cadena de suministro y consecuentemente en el tipo de mano de obra que participa en esta transición.

Jojo Nem Singh, profesor adjunto en el Instituto Internacional de Estudios Sociales, de Róterdam, explicó que existe mucha presión sobre los países en desarrollo que cuentan con las reservas minerales necesarias para producir energías renovables y otras tecnologías de energía limpia. Y agregó: “Estamos tratando con países muy diferentes a los que producen petróleo y gas. La distribución actual de los países mineros en la cadena de suministro cambiará drásticamente debido a las inversiones del sector minero en los minerales necesarios para las energías renovables. Si se hace adecuadamente, esta minería puede ofrecer empleos verdes que no tienen por qué ser generadores de pobreza: la clave es procesar la tecnología y garantizar que los requisitos en materia de contenido local puedan generar un crecimiento inclusivo y nuevos puestos de trabajo”.

El director del sector automotor de IndustriAll, Georg Leutert, ha estado trabajando con los afiliados para impulsar que sean las fábricas de automóviles —con altas tasas de sindicalización y una sólida trayectoria en materia de convenios colectivos de calidad— las que se apropien de las plantas de baterías, que necesitan grandes instalaciones y una inversión significativa. Sin embargo, existen pocos ejemplos de esa resolución y las automotrices tienden a tercerizar esta actividad.

El sector de la energía emplea a unos 65 millones de personas en todo el mundo en el suministro de combustible, el sector eléctrico y los usos finales. “Este es un punto de referencia significativo para el debate en torno a la Transición Justa, así como una información importante para tomar decisiones críticas en materia de políticas energéticas en el futuro. Este giro hacia la energía limpia también es una oportunidad para abordar cuestiones como el género y la representación”, dijo Daniel Wetzel, de la Agencia Internacional de Energía.

Aunque aseguró que los empleos en energía limpia superan las pérdidas, Wetzel admitió que éstas son significativas en ciertas regiones y sectores. Señaló también que una transición adecuada requiere de una gran inversión y planteó que el rápido crecimiento del empleo conlleva riesgos, como la necesidad de trabajadores más calificados, las crecientes brechas de competencias y la atención insuficiente al trabajo decente.

Entretanto, Mahatma Santos, del brasileño Instituto de Estudios Estratégicos sobre Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles Zé Eduardo Dutra (INEEP), afirmó: “Ha habido un aumento en los precios y la demanda en el sector solar fotovoltaico desde 2021 y se crearon alrededor de 151.000 empleos. Sin embargo, 43% de los puestos de trabajo están fuera de Brasil, al tiempo que se concentran en la construcción y se caracterizan por sus condiciones de trabajo precarias y bajos salarios”.

La minería es la columna vertebral de la economía de Chile, pero genera pocos empleos. A la vez, sólo 14% de la mano de obra está sindicalizada y apenas 8% tiene acceso a la negociación colectiva. “Los desafíos sociales y ambientales de Chile dificultan el progreso de los trabajadores. Los sindicatos seguirán trabajando arduamente para lograr un mayor diálogo social, especialmente en torno a la Transición Justa”, manifestó Alejandro Ochoa, de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).

Finalmente, Igor Díaz, del Sindicato de Trabajadores de la Industria del Carbón (Sintracarbón) de Colombia, dijo que la industria minera ha vivido tiempos difíciles en el país y que la transnacional Glencore, por ejemplo, aprovechó la regulación más laxa del Gobierno anterior y utilizó la pandemia y la transición energética como excusas para cerrar plantas y despedir a trabajadores.

 

Publicado el 10-10-2022
Fuentes: OIT - IndustriAll / Foto: Maria Godfrida - Pixabay.