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CAMBIO CLIMÁTICO

La siderurgia plantea objetivos para la transición

Un documento elaborado por Alacero analiza el perfil y los desafíos que enfrenta el sector y propone una serie de objetivos de mediano y largo plazo.

 

La Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero) presentó un paper de posicionamiento frente al cambio climático, donde analiza el perfil del sector, en el mundo y en la región, los desafíos que plantea el desarrollo sostenible y las acciones necesarias para alcanzar las metas establecidas por la ONU.

“Actualmente, 80% de los gases de efecto invernadero provienen de la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera y, de ellos, entre 7% y 9% vienen de la industria siderúrgica global. Aunque América Latina no supera 2,8% de las emisiones del sector, la nuestra va a ser una de las regiones del mundo más afectadas por el cambio climático”, afirmó Alejandro Wagner, director ejecutivo de Alacero.

“En este sentido, me parece importante resaltar que el acero producido en la región Latinoamérica es uno de los más sustentables del planeta porque su proceso de producción es más limpio y emite a la atmósfera menos cantidad de gases de efecto invernadero que la mayoría de los otros continentes. A ello se suma que es el único material que puede ser reciclado ilimitadamente al 100%. En toneladas, su reciclaje es superior a la suma de todo el papel y el plástico reciclados en el mundo”, agregó Wagner.

El directivo resaltó que el sector tiene un nivel de eficiencia de material de casi 98%, dado que solo alrededor de 2% de los productos que surgen del proceso de fabricación no se utilizan. “Estas características ponen al acero en un lugar de ventaja por sobre otros materiales y representan una oportunidad para posicionar a nuestra industria como uno de los sectores económicos con capacidad real para hacer frente al reto del cambio climático y lograr una economía verdaderamente circular”, apuntó.

En las últimas tres décadas, refiere Alacero, la industria siderúrgica logró reducir en 50% el consumo de energía por tonelada producida y desarrolló proyectos novedosos para reutilizar los coproductos que surgen de los procesos de producción en industrias como la construcción, la agroquímica y la química, entre otros.

Además, están en marcha acciones concretas rumbo a la descarbonización del sector latinoamericano, como el uso de biomasa en reemplazo del carbón de origen mineral (cómo con el carbón vegetal), el aumento en el uso de chatarra y de gas natural, captura y uso de CO2 del proceso de reducción directa del mineral de hierro, entre otras.

El paper de Alacero consigna algunos datos sobre la industria en la región y en el mundo. En Latinoamérica, se estima que la producción alcanzó 65 millones de toneladas de acero en 2021, mientras el consumo per cápita se ubicó en alrededor de 120 kilos anuales, contra un promedio mundial de 227. Las empresas generan 1,2 millón de empleos directos e indirectos. Se calcula que 48,3% del acero se destina a la construcción de infraestructura; 12,4% a la manufactura de productos metálicos; 16,8% a la industria automotriz; 17,1% a la maquinaria mecánica; 1,2% a electrodomésticos; 2,2% a equipos eléctricos y 2,0% al transporte.

Por su parte, a escala global, la industria genera 6,1 millones de puestos de trabajo de manera directa y 40,5 millones de forma indirecta. Sus emisiones llegan a 1,89 toneladas de CO2 por tonelada de acero producido. De la producción total, 52% se destina a construcción civil e infraestructura; 16% a maquinaria y equipos; 12% a la industria automotriz; 10% a productos metálicos, incluidos embalajes y contenedores; 5% a otros medios de transporte como barcos y trenes; 3% a equipos utilizados en la producción y distribución de energía y 2% a electrodomésticos.

El trabajo elaborado por Alacero, titulado La industria latinoamericana del acero ante el cambio climático, expresa el compromiso de la entidad con la sostenibilidad y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), en línea con los objetivos del Acuerdo de París.

Admite que se trata de una tarea “compleja y desafiante”, dado que “el proceso de descarbonización para el sector del acero es particularmente difícil, por tratarse de un sector consumidor intensivo de energía e integrado al comercio global.

Y señala que, entre otros factores, esa transición dependerá de la disponibilidad de recursos naturales y capacidades y fundamentalmente del precio y disponibilidad de chatarra, gas natural y energías renovables.

A juicio de Alacero, la transición debe ser abordada “bajo el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, contemplando las diferentes realidades económicas y sociales entre regiones desarrolladas y en vías de desarrollo”.

En ese sentido, añade, “el diálogo y colaboración público-privada es fundamental para definir los mecanismos, incentivos y financiamientos necesarios porque esta transición requiere inversiones de capital intensivas en tecnología, infraestructura e investigación y desarrollo”.

Finalmente, propone una serie de objetivos de mediano plazo:

● Aumentar la participación de fuentes renovables en la matriz energética.

● Mayor utilización de chatarra en la carga metálica.

● Uso de gas natural como combustible de transición.

● Expansión del proceso de captura de CO2 en la Reducción Directa de Hierro (HRD).

● Incluir la contribución a la baja de emisiones totales, que se genera al aplicar coproductos en la cadena de valor.

● Sustitución parcial y gradual de carbón metalúrgico por biomasa.

● Continuar con el desarrollo de programas de eficiencia energética, aprovechando la revolución tecnológica y la digitalización.

● Acuerdos y desarrollos con proveedores y clientes en la cadena de suministro, para reducir las emisiones en los procesos.

Y de largo plazo:

● Transición gradual hacia tecnologías disruptivas de fabricación de acero bajas en carbono, en línea con la vida útil de las tecnologías actuales y la disponibilidad de recursos competitivos.

● Investigación y desarrollo de tecnologías para fabricación de acero de bajas emisiones específicas para nuevas inversiones.

● Incremento de captura, uso y almacenamiento geológico de carbono (Carbon Capture and Storage - CCS, Carbon Capture and Utilization - CCU).

● Generar alianzas estratégicas para mejorar la eficiencia de toda la cadena de valor, especialmente en el upstream.

● Promover acuerdos comerciales para el desarrollo de aceros bajos en carbono para diferentes industrias.

● Adopción de hidrógeno verde y/o biomasa como agentes reductores en escala comercial.

 

Publicado el 07-02-2022
Fuente: Alacero / Foto: World Steel Association (ilustración).