CHINA

Las conclusiones destacan su papel protagónico en la economía mundial y el sistema multilateral. Y le demandan el reconocimiento de esa responsabilidad.

Tras una nueva revisión de sus políticas comerciales, la quinta desde su ingreso a la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 2001, los miembros del organismo reafirmaron que China se ha convertido en el principal comerciante mundial de mercancías y destacaron el impacto de sus políticas sobre la economía internacional. Según refirió en su presentación Mariam M.D. Salleh, presidenta del Órgano de Revisión de la Política Comercial y embajadora de Malasia, enfatizaron también la necesidad de que China reconozca la mayor responsabilidad que conlleva ser un actor principal en el sistema multilateral de comercio y felicitaron la decisión de encarar un programa de reformas ambicioso y completo, así como la apertura de su mercado a productos provenientes de países menos desarrollados.

La delegación china, encabezada por Wang Shouwen, ministro asistente de Comercio de su país, brindó respuestas a las inquietudes planteadas en las sesiones de revisión por más de 50 miembros de la OMC, entre los que se contaron algunos de los que integran la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Brasil, India, Sudáfrica y Rusia, según refiere la agencia Xinhua.

Wang dijo que, detrás de las dos afirmaciones que resaltan su papel, se encuentra el hecho de que China sigue siendo un país en desarrollo que enfrenta enormes tareas para mantener un crecimiento económico sostenible. Confirmó, en tal sentido, que el país continuará participando activamente en las negociaciones comerciales multilaterales y “asumirá responsabilidades de conformidad con su nivel de desarrollo, la competitividad de sus industrias y el nivel de ingresos de su gente”.

El mecanismo de examen de las políticas comerciales —establecido de manera provisoria bajo la Ronda Uruguay del GATT y con carácter permanente en el Acuerdo de Marrakech— se propone contribuir a un mejor funcionamiento del sistema multilateral con la búsqueda de una mayor transparencia de las políticas comerciales de los miembros. Los de mayor incidencia en el comercio mundial son objeto de revisión cada dos años, los 16 siguientes cada cuatro y el resto cada seis años. La revisión se estructura sobre la base de un informe del país en cuestión y de otro preparado por la División de Examen de las Políticas Comerciales de la OMC.

El informe de la Secretaría, de 232 páginas, realiza un análisis exhaustivo de la situación china a lo largo de cuatro capítulos. Los dos primeros se refieren al entorno económico y al régimen comercial y de inversiones, y los dos restantes, que se llevan tres cuartas partes de la extensión total, abordan respectivamente las políticas y prácticas comerciales y estas últimas desagregadas por sectores.

En 2013, precisa el texto, los productos manufacturados constituyeron 94% de las exportaciones chinas y 58% de sus importaciones, mientras los combustibles y otros minerales representaron casi 30%; los productos agrícolas, en tanto, suman alrededor de 8%.

China mantienen licencias, automáticas y no automáticas, restricciones y prohibiciones de importación por motivos de seguridad del Estado; moral pública; protección de la salud de las personas y los animales y preservación de los vegetales; protección del medio ambiente; balanza de pagos; y cumplimiento de los compromisos internacionales. China utiliza licencias automáticas y no automáticas. Los listados “pueden modificarse cuando es necesario, y las autoridades competentes pueden restringir o prohibir temporalmente la importación de mercancías no incluidas en ellas”, refiere la Secretaría.

“Las limitaciones de las exportaciones constituyen una importante característica del régimen comercial de China”, que aplica impuestos a algunos productos e incluso prohibiciones a otros, con el alegado propósito de proteger el medio ambiente y los recursos naturales, aunque —dice el informe— “parecería que, en la práctica, esas y otras medidas que afectan a las exportaciones se han utilizado como instrumentos de política para incentivar o desincentivar las exportaciones, según fuera necesario para alcanzar objetivos de desarrollo industrial”.

El país, constata el relevamiento, sigue prestando “ayuda a la agricultura para garantizar los ingresos de los agricultores, desarrollar las zonas rurales, y lograr la seguridad alimentaria y la estabilidad de los precios de los productos agrícolas en el mercado interno”. Aplica también “controles de precios a los productos y los servicios que se considera tienen una repercusión directa en la economía nacional y en los medios de subsistencia de la población”, bajo la forma de precios “gubernamentales” u “orientados por el Gobierno”.

Afirma también que la política crediticia sigue ocupando un lugar importante y que el Banco Popular de China ha instruido a las instituciones financieras para que aumenten la ayuda financiera destinada a la innovación científica y tecnológica, las industrias de importancia estratégica y a sectores como el ferrocarril, el transporte marítimo, la energía térmica y el acero, así como para el desarrollo regional.

Por su parte, el informe preparado por el gobierno chino, de 28 páginas, resume la orientación de las políticas macroeconómicas y el contenido de las reformas en marcha, para describir luego el rumbo adoptado en materia de comercio e inversión. Entre otros aspectos, afirma que ha participado de manera activa y constructiva en el sistema multilateral “mediante medidas concretas” y reseña su apoyo, por ejemplo, a dos iniciativas de la OMC, Ayuda para el comercio y Hecho en el mundo.

Más adelante, afirma que, aun cuando “sigue comprometida con el sistema multilateral de comercio y sus normas como piedra angular de sus relaciones económicas y comerciales con el exterior, China continúa promoviendo la liberalización y facilitación del comercio y la inversión mediante la apertura y la cooperación a nivel regional, subregional y bilateral, y se esfuerza por ampliar la convergencia de intereses con diversos Estados y regiones con miras a lograr beneficios mutuos y ventajas para todos”. Refiere al respecto que a fin de 2013 había concluido 12 acuerdos de libre comercio con 20 países y zonas, y que está negociando otros 6. Detalla también que China participa del Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico, de las reuniones de la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (ASEAN), de la Cumbre de Asia Oriental, el Foro de Cooperación entre China y África, el Comité de cooperación económica de la subregión del Gran Mekong, el Comité del Programa de Cooperación Económica Regional de Asia Central, la iniciativa del Gran Tumen y otros mecanismos regionales y subregionales de cooperación económica.

El informe concluye con una toma de posición: “Al ser un gran país en desarrollo, China formula y defiende sus propias posiciones en los asuntos económicos y comerciales internacionales, y asumirá también sus responsabilidades en consonancia con su nivel de desarrollo. El gobierno chino opina que las economías de diferentes niveles y en distintas etapas de desarrollo deben adoptar un espíritu de solidaridad en tiempos difíciles, renunciar a las prácticas de suma cero, trabajar juntas para hacer frente a retos comunes y adoptar una nueva perspectiva de globalización económica caracterizada por una cooperación beneficiosa para todos. Las economías desarrolladas y emergentes deben aprovechar sus respectivas ventajas para impulsar el crecimiento económico mundial actuando como los dos motores de la economía mundial, reforzándose y beneficiándose mutuamente. De ese modo, será posible una nueva perspectiva de globalización económica caracterizada por una cooperación beneficiosa para todos”.

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