ECUADOR

El petróleo como plataforma

Tras sucesivas crisis, este pequeño país del Pacífico ha venido creciendo gracias a sus importantes recursos petroleros. Sin embargo, la diversificación de su estructura agraria y la industrialización siguen siendo cuentas pendientes.

El petróleo como plataforma

 

Por Martín Borja

Quizás comprendidas como parte de un mismo proceso continental, las historias recientes de Ecuador y la Argentina tienen mucho en común. Los dos países sufrieron, a comienzos de la década, la quiebra de su sistema financiero y una gravísima crisis económica e institucional, consecuencias de la aplicación durante la década de los ‘90 de políticas neoliberales ortodoxas. Sin embargo, para salir de la tremenda debacle, ambos intercambiaron recetas no idénticas aunque sí familiares: si la Argentina salió de la convertibilidad y comenzó a devaluar, Ecuador eligió el camino de la dolarización, que aún hoy, una década más tarde, rige su política monetaria.

En el país andino, las protestas callejeras también se hicieron sentir por aquellos días: las huelgas masivas y las revueltas populares —con participación mayoritaria de movimientos indígenas— presionaron al Congreso y así hicieron caer consecutivamente a los presidentes Jamil Mahuad, en enero de 2000, y a Lucio Gutiérrez, en abril de 2005, como años antes lo habían hecho con el excéntrico Abdalá Bucaram.

La llegada al poder de Rafael Correa en 2007 le dio a Ecuador una dirección distinta, más a tono con un nuevo paradigma en la región. Se distanció de Estados Unidos y de las políticas del Consenso de Washington. Al mismo tiempo, si bien siguió siendo parte de la Comunidad Andina (CAN), se alineó en forma inmediata con el eje “socialista” sudamericano —integrado por Venezuela y Bolivia— y, en gran medida, buscó como socios a los gobiernos de Brasil y la Argentina.

No obstante las dificultades de la dolarización, destinó en el presupuesto sumas significativas a la inversión y a la asistencia social, y disminuyó las remesas para el pago del servicio de la deuda externa, además de crear una comisión para auditar su legitimidad. Al mismo tiempo, disolvió el Congreso para dar lugar a una Asamblea Constituyente, lo que le permitió una reforma constitucional que fue ampliamente aceptada a través de un referéndum. Se valió de nuevas elecciones en 2009 para convalidar sus votos y desde entonces viene profundizando un modelo que parece privilegiar la defensa de la industria nacional y el desarrollo de la producción petrolera, el más importante recurso del país.

Sujeta a los vaivenes de su cotización mundial, la economía ecuatoriana es sumamente dependiente del petróleo, que aporta alrededor de 40 % de las exportaciones totales. La producción de crudo viene incrementándose hace varias décadas, y se calcula que las reservas probadas del país equivalen hoy a 30 años de abastecimiento. Desde 1973, Ecuador es miembro de la poderosa Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y, a partir de entonces, inició un proceso paulatino de aumento del control estatal sobre ese recurso, hoy encarnado en las empresas Petroecuador y Petroamazonas.

Uno de los grandes desafíos de la economía ecuatoriana —la octava de América Latina— es diversificar su producción, sustentada tradicionalmente no sólo en el oro negro sino además en dos áreas por las que se conoce al Ecuador en el mundo: plátanos y atún. En un segundo plano, quedan otros productos primarios de escaso valor agregado, como cacao, palmitos, café y camarones. Al asumir el gobierno, Correa dio a conocer un plan agrícola y forestal apoyado en el desarrollo sustentable de los suelos y en el impulso a cadenas productivas integradas y nuevas zonas de cultivos. El objetivo es acrecentar la producción de flores, azúcar, arroz y otros cereales. Sin embargo, el rendimiento de la agricultura no ha despegado del todo, debido a la falta de tecnificación.

Durante la última década, el comercio exterior experimentó un aumento sostenido. De los 13.800 millones de dólares que exportó durante 2009, Ecuador colocó 33% en Estados Unidos y alrededor de 25% en los países integrantes de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), entre los que se encuentra Argentina. Además, mantiene con los países del Mercosur, más Colombia y Venezuela, un Acuerdo de Complementación Económica (ACE 59), que a partir de 2004 estableció un área de libre comercio, mediante la aplicación de un sistema de preferencias arancelarias.

Los principales bienes que compra al mundo son derivados del petróleo, manufacturas de metales, maquinarias y químicos. En el caso del intercambio bilateral con la Argentina, los productos locales que en 2009 tuvieron mayor recepción en territorio ecuatoriano fueron harina y pellets de soja (33,5%), tubos de acero para la industria petrolera (28%), aceite de soja (5%) y en menor medida, maíz, cartón y aluminio. Hay otras ramas que, silenciosamente, han venido acrecentando sus ventas en los últimos tiempos, y que podrían lograr aún más inserción en ese mercado, como la farmacéutica, la perfumería y la electrónica.

Según estadísticas del Centro de Economía Internacional de la Cancillería, la Argentina les vendió a los ecuatorianos por casi 455 millones de dólares en 2009, cantidad muy similar a la del año anterior, y le compró por 108 millones. Gran parte de esas compras están concentradas en tres productos típicos: bananas (58%), atunes (13%) y palmitos en conserva (6,5%). Sin dudas, la dolarización de aquel país y el tipo de cambio argentino actual ayudan a mantener un comercio creciente —que se ha triplicado desde 2003 hasta la actualidad—, y un desarrollo del vínculo sin demasiados cambios ni trastornos, lo que colabora para mantener un notable superávit a favor de la Argentina. La intención de ambos lados es moderar esta asimetría y ganar cierto equilibrio en la balanza comercial bilateral.

Si bien Quito, la histórica capital colonial, se erige como metrópoli cultural y centro de la gestión gubernamental, es Guayaquil la ciudad de mayor concentración industrial, comercial, financiera y poblacional. Su puerto concentra 70% de entradas y salidas de productos del país, como cabeza de un conglomerado urbano donde la modernización y los shoppings contrastan con los barrios periféricos y una tasa de desempleo que ronda 12%, bastante más que el 8% promedio que exhibe el país en su conjunto, de acuerdo con números del Banco Central del Ecuador.

A pesar del actual crecimiento económico, que se prevé en 6,8% para este año, la pobreza sigue siendo un problema estructural en muchas regiones, sobre todo en zonas rurales y poblamientos indígenas, a pesar de que los índices de los últimos años hablan de una disminución, luego de la gran bancarrota de 1999-2000. A raíz de aquella crisis, fue imparable la ola de ecuatorianos que decidieron emigrar en busca de mejores horizontes: se calcula que unos tres millones se asentaron en Estados Unidos y Europa, especialmente en España, muchos sin opción de ser “legales”. Esta angustiosa situación permite, paradójicamente, que desde hace varios años el segundo ingreso nacional sean las remesas procedentes del exterior, que los emigrados envían a sus familiares. Sin embargo, el presidente Correa viene impulsando políticas para el regreso de sus compatriotas. La Cancillería argentina calcula que unos 5.000 ecuatorianos residen y estudian hoy en este país.

El proceso de modernización que ha experimentado la nación andina, especialmente en las áreas de gran concentración demográfica, como Guayaquil, Quito y Cuenca, abarca hace varios años tanto a servicios públicos como a comunicaciones, obras viales de envergadura y proyectos de infraestructura y producción de energía eléctrica. En ese marco de necesidad primordial de inversiones, es importante la realizada por las empresas argentinas instaladas en territorio ecuatoriano, por más de 1.000 millones de dólares.

Entre ellas, se cuenta la Corporación América, de Eduardo Eurnekian, que administra el aeropuerto de Guayaquil y mantiene tratativas para hacerse cargo del de Tena, en el Oriente, y se ocupará de la construcción de un nuevo aeropuerto en las Islas Galápagos, que sería el primero en responder a la modalidad Green Building. El Grupo Techint, por su parte, desarrolla para Petroecuador dos proyectos: la rehabilitación de una refinería en la región de Esmeraldas, al norte del país, por 600 millones de dólares, y la construcción de una terminal de almacenamiento de gas en la provincia de Guayas, por 100 millones. Además, participa con 30% —a través de Tecpecuador— en la explotación de un campo petrolero en la Amazonia. Actualmente, están en análisis otras posibles inversiones argentinas, vinculadas a diferentes áreas: proyectos de hidrovías, fabricación de ómnibus de pasajeros y provisión de autobombas, entre otras.

El Estado argentino, a través de ENARSA, había participado en 2008 en la hidroeléctrica Coca Sinclair, pero luego vendió a Ecuador sus acciones, equivalentes a 30% del total. Al establecer su Programa Económico de Gobierno en 2007, Correa prometió una “convivencia armoniosa” del Estado con el sector privado, por lo que alienta la inversión de capital extranjero. A pesar de esto, y en lo que hace al control de los recursos estratégicos del país, en abril pasado presionó públicamente a varias empresas petroleras —entre ellas, a la hispano-argentina Repsol YPF— para que aceptaran renegociar sus contratos de prestación de servicios y las amenazó con nacionalizar campos concesionados. Ya lo ha hecho: la estadounidense Occidental Petroleum fue expropiada de sus activos locales.

 

AMISTAD Y COOPERACIÓN. El impulso dado por el presidente Rafael Correa a Néstor Kirchner para su reciente designación al frente de la Unasur es el corolario del buen vínculo bilateral que se ha ido gestando desde hace años. En el ecuatoriano, es parte de una mirada estratégica que ve en la integración regional la oportunidad para posicionar al pequeño país como un importante acceso al Pacífico.

Además de las sucesivas misiones comerciales estatales y privadas, y de las mutuas visitas presidenciales, Quito y Buenos Aires tienen un programa amplio de acuerdos de cooperación que se expande a variados ámbitos de la vida social: desarrollo tecnológico industrial y agroindustrial, sanidad agropecuaria, transporte de pasajeros y cargas, defensa, construcción de viviendas, infraestructura y concesiones viales, portuarias y aeronáuticas, y transferencias tecnológicas en materia minera, entre otros.

En marzo último, ambos gobiernos acordaron llevar adelante estrategias conjuntas en materia agrícola y en políticas de soberanía alimentaria. El proyecto Plantas de Almacenamiento, que se realiza con el apoyo argentino, abarca la construcción de centros de acopio en regiones agrícolas de las sierras y costas del Ecuador.

29 ecuador tabla a

29 ecuador tabla b 


Noticias
ACTIVIDAD PORTUARIA

Da comienzo una nueva gestión en Mar del Plata

Da comienzo una nueva gestión en Mar del Plata
Gutiérrez tiene una larga trayectoria política y en la función pública.

Marcos Gutiérrez asumió como presidente del Consorcio Portuario Regional. Resaltó la importancia del liderazgo productivo y la generación de empleo.

+ Ver más

INDUSTRIA AUTOMOTRIZ

Volkswagen se hizo presente en Expoagro 2024

Volkswagen se hizo presente en Expoagro 2024
Los visitantes pudieron conocer de cerca los modelos de la línea Delivery.

La marca participó en una nueva edición de la tradicional muestra con un stand renovado, donde exhibió su línea completa de utilitarios y camiones.

+ Ver más

ver todas


Usuarios
Usuario
Clave

Agenda

ver todas

El petróleo como plataforma


TERMINAL C
   www.terminal-c.com.ar

Posicionamiento en Buscadores - eMarketingPro | Diseño Web - NetOne