LATINOAMÉRICA

En dos foros celebrados en París, se analizó el futuro de la región ahora que los motores externos se han desacelerado. Qué opinan la CEPAL y la OCDE.

La Unión Europea y América Latina tienen la oportunidad de avanzar hacia una relación más equilibrada y equitativa si vencen viejas asimetrías históricas, comerciales y sociales, manifestó en París Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que participó en sendos encuentros sobre la región organizados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En la apertura de uno de ellos, el mexicano Ángel Gurría, secretario general de esta última organización, afirmó a su vez que Latinoamérica “tiene que aprovechar este momento de desaceleración de sus motores externos para impulsar una oleada regional de reformas de gran calado, para construir economías más resistentes, más incluyentes y más sustentables, que cuenten con sus propios motores, made in LAC, de crecimiento”.

La capital francesa albergó la realización de un encuentro sobre las nuevas estrategias de cooperación entre ambas regiones, convocada en conjunto con la Fundación EU-LAC, y la edición 2014 del Foro Económico Internacional América Latina y el Caribe, donde funcionarios de Uruguay, México y organismos multilaterales expusieron en torno a dos temas centrales: por un lado, cómo puede la región pasar de un crecimiento impulsado por los productos básicos a un modelo de desarrollo más diversificado, competitivo, inclusivo y sostenible, y por otro, qué papel pueden jugar la infraestructura y la logística en promover una mayor integración regional y cómo pueden gravitar en su desarrollo las inversiones del sector privado.

Para Bárcena, una asociación más profunda entre ALC y la UE permitiría acelerar el crecimiento económico de la región, avanzar en el cambio estructural hacia sectores más intensivos en conocimiento, reducir la pobreza, aumentar la inclusión social y proteger el medio ambiente. Destacó también que, pese a sus recientes progresos, ALC continúa siendo la región con peor distribución del ingreso y apuntó que la desigualdad funcional impide que los trabajadores capturen adecuadamente las ganancias de productividad que se generan en las economías.

“Es necesario remodelar el modelo exportador de ALC. La apertura es importante, pero no suficiente. ¿Qué pueden hacer los gobiernos? Fijarse más en la inversión y tener una política industrial deliberada que se preocupe también por la gobernanza de los recursos naturales”, afirmó la ejecutiva de la CEPAL, quien subrayó la importancia de incrementar la integración de la región a las cadenas productivas.

Entretanto, y en su discurso de apertura del Foro, Gurría aseguró que, aun cuando la región viene de protagonizar la expansión económica más importante de su historia, parte de ese crecimiento estuvo basado en factores externos y coyunturales, como el aumento de los precios de algunas materias primas, el crecimiento de las importaciones chinas y la entrada de inversiones de corto plazo, que son variables y tienen un alto nivel de incertidumbre.

Desacelerados esos impulsos externos, argumentó Gurría, la región debe encarar reformas que permitan construir economías más resistentes, más incluyentes y más sustentables, que cuenten con sus propios motores de crecimiento. En consecuencia, sostuvo, los tres desafíos más importantes que enfrenta Latinoamérica son mejorar la productividad, terminar con la informalidad y reducir significativamente la desigualdad.

“Para elevar la productividad de nuestros países es esencial desarrollar políticas educativas y de capacitación que respondan a las necesidades de los mercados laborales y permitan una transición gradual hacia actividades con mayor intensidad en habilidades e innovación”, señaló Gurría. A su juicio, el fortalecimiento de las pymes es esencial en este campo y como herramienta para combatir la informalidad.

“Para combatir la desigualdad, es indispensable fortalecer los sistemas fiscales. Para ello, en primer lugar habrá que mejorar la recaudación fiscal. Si bien América Latina ha incrementado su capacidad de recaudación, de 13,6% del PIB en 1990 a 20,7% actualmente, los niveles siguen siendo bajos en comparación con el promedio de 30% en la OCDE”, evaluó. Y precisó que paralelamente será necesario mejorar los mecanismos de redistribución y la calidad del gasto público para potenciar su impacto en la reducción de la desigualdad.

Finalmente, abordó uno de los temas centrales del Foro. Tras referir que los costos logísticos en la región representan entre 18% y 35% del valor de los productos, frente a cerca de 8% en los países de la OCDE, y que la calidad de sus carreteras está por debajo de la de los países de ingreso medio, consideró que estos factores afectan la competitividad de las exportaciones, pero también la integración regional y la productividad.

“El desarrollo de una política de logística integrada por país y el mejoramiento de la eficiencia en los procesos aduaneros, por medio de tecnología que automatice las aduanas y permita localizar las mercancías, podría aportar importantes beneficios en un lapso corto. En materia de inversión en infraestructura, es necesario desarrollar una fuerte capacidad de evaluación, licitación y administración de las concesiones para las asociaciones público privadas y explorar sistemas de transporte multimodal que vinculen de mejor manera las vías primarias, los puertos y los ferrocarriles”, concluyó Gurría.

Foto: OCDE.