VÍNCULOS CON CHINA

Cómo llegar a la tierra prometida

En un seminario organizado por la Cancillería, empresarios locales explicaron cómo han gestado acuerdos y alianzas con sus pares asiáticos. Y los secretarios de Transporte y Minería subrayaron la importancia de los convenios bilaterales.

Cómo llegar a la tierra prometida

 

Como es habitual con aquel país, las cifras impresionan. De enero a noviembre de 2010, las importaciones chinas sumaron 1.253.430 millones de dólares, algo así como todo lo exportado por la Argentina en el mismo período, pero multiplicado por veinte. Esa capacidad de compra —potenciada por la dimensión de su mercado interno, el crecimiento de una clase media con patrones de consumo globales y las propias necesidades de su complejo industrial exportador— ha colocado al gigante asiático en la mira de los productores de bienes de todo el planeta, que con mayor o menor rigor y fortuna buscan descifrar las claves que les franqueen el acceso a la tierra prometida.

Algo de eso debe haber movido al medio millar de empresarios que acudió a comienzos de diciembre a un seminario sobre oportunidades de negocios, comercio e inversión entre ambos países, organizado por la Secretaría de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales. En la apertura, su titular, Luis María Kreckler, enfatizó que la Argentina persigue intensificar y diversificar el comercio bilateral, así como avanzar en una mayor cooperación científica y tecnológica y promover vínculos más estrechos entre las empresas. Por su parte, el canciller Héctor Timerman puso de relieve el carácter estratégico de la relación, ratificado en julio último por los presidentes Hu Jintao y Cristina Fernández, y el creciente peso de las economías emergentes en el escenario mundial, sobre todo a partir de la reciente crisis. “Ambos países están viviendo un período compartido de prosperidad económica. Tanto es así que ya muchos analistas destacan que China está creciendo a tasas argentinas”, dijo Timerman, con provocativa ironía.

La importancia de incrementar y diversificar las exportaciones nacionales hacia aquel destino no necesita ser subrayada. Hoy, cubren apenas 0,5% de la demanda china con una oferta de muy escaso valor agregado: en los primeros once meses de 2010, por caso, 70,7% de las ventas correspondieron a productos primarios y 11,1% a combustibles. Según aseguró durante el seminario José Ignacio de Mendiguren, secretario de la Unión Industrial, China destina anualmente 40.000 millones de dólares a la importación de bienes que la Argentina está en condiciones de proveer razonablemente.

En tal sentido, las reflexiones y aportes de empresarios que han consolidado relaciones con sus pares chinos conformaron uno de los pasajes más interesantes de la jornada. Hugo Sigman, representante de Chemo —una multinacional de origen argentino radicada en España y con activos en las ciudades de Shanghái y Sanmen—, rebatió algunas de las concepciones prevalecientes sobre China. Así, señaló que los costos energéticos son similares a los argentinos y que los laborales son más bajos sólo en el segmento del personal no calificado. Los trabajadores gozan de vacaciones anuales de 15 días, tienen una jornada legal de ocho horas y no siempre es fácil conseguir que se presten a extenderla, algo que el gobierno tampoco alienta. Desmintió también la idea de que las cuestiones ecológicas sean manejadas con ligereza. Como ejemplo, refirió que las autoridades habían clausurado ocho de las doce plantas químicas existentes en Sanmen, porque no cumplían con las normas ambientales vigentes.

Tras destacar el papel que juegan los funcionarios en la vida de las empresas —a veces, con decisiones intransigentes e irreversibles como la comentada—, Sigman apuntó que la Argentina puede competir con ventajas en algunos campos donde exhibe desarrollos de avanzada, como la biotecnología, la ganadería o la producción vegetal.

Antonio Estrany y Gendre, de Bridas Corporation, hizo a su vez una reseña de la expansión internacional del grupo fundado por los hermanos Bulgheroni, que recientemente selló una asociación estratégica con la China National Offshore Oil Corporation (CNOOC), cuyo primer paso en el país fue la adquisición de las acciones de British Petroleum en Pan American Energy. Y aludió al proceso que había conducido a ese desenlace. “Hemos estado negociando intensamente y el matiz, más allá del idioma, es que en China se requiere más tiempo del que uno está acostumbrado. Inicialmente, uno piensa que esa lentitud podría evitarse, pero en el fondo se percibe una cautela, un análisis más profundo”, explicó.

Finalmente, Guillermo Gotelli, de GGM, habló de la asociación con la multinacional Pony —que tiene a sus principales accionistas en Hong Kong— y de las posibilidades que abre la complementariedad con China en rubros sensibles para la producción local como el calzado y la indumentaria. A partir de la experiencia concreta de su empresa, aseguró que existen nichos donde las pymes argentinas pueden ser competitivas, no sobre la base de costos, sino de productos de alta gama con diseño y valor agregado. “La Argentina, que produce 100 millones de pares, tiene un déficit comercial de 200 millones de dólares en el rubro calzado. Nosotros creemos que podría producir 200 millones de pares y equilibrar ese déficit”, afirmó Gotelli.

A su turno, los secretarios de Transporte y Minería expusieron las ventajas derivadas de los acuerdos alcanzados con China como parte de la referida asociación estratégica. Juan Pablo Schiavi precisó que en su área se han firmado contratos por un monto de 9.738 millones de dólares, que permitirán el reequipamiento de los subterráneos y de los ramales metropolitanos de pasajeros y, fundamentalmente, el relanzamiento del Belgrano Cargas, con el objetivo de que en el mediano plazo transporte volúmenes anuales cercanos a los 10 millones de toneladas. En tanto, Jorge Mayoral puso el acento en que las inversiones chinas permitirán, no sólo la búsqueda de nuevos yacimientos, sino un fuerte incremento en la explotación de minerales de los que el propio país asiático es un fuerte demandante, como el hierro, el oro o el litio.

La jornada se completó con exposiciones de los gobernadores de Río Negro, La Rioja y San Juan y de funcionarios de de Chaco, Corrientes y Tucumán acerca de las ventajas que sus provincias ofrecen a la inversión extranjera, y de dos representantes de firmas chinas que actúan en el país: CMEC (China National Machinery & Equipment Import & Export Corporation), que participa en el proyecto del Belgrano Cargas, y MCC, hoy controlada por capitales chinos, que administra la minera Sierra Grande.

 


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