DÍA DE LA EXPORTACIÓN

La habitual jornada que organiza la CERA estuvo dominada por el análisis de las transformaciones que se verifican en el escenario mundial. Su titular planteó la necesidad de una mirada estratégica capaz de responder a la nueva agenda.

Con una nueva edición del amable —y en todo caso, no explícito— contrapunto entre Enrique Mantilla, presidente de la entidad, y la ministra de Producción, Débora Giorgi, los ya habituales seminarios sobre pymes y transporte marítimo, y la reunión del Consejo de Comercio Exterior del Mercosur, la Cámara de Exportadores de la República Argentina conmemoró el Día de la Exportación, esta vez bajo el lema “La estructura del cambio y el cambio de las estructuras”.

“En un período de rápidos cambios tecnológicos y económicos, fortalecer el pasado significa debilitar el futuro”, afirmó Mantilla en el comienzo de su discurso, antes de disparar contra la aplicación de derechos a las exportaciones de mayor valor agregado, como instrumento que conspira contra la necesidad de las empresas de encarar inversiones masivas que les garanticen sustentabilidad y equivale a “ubicarse en un tiempo pasado que debemos superar”.

A continuación, enumeró algunos contenidos de la agenda del rebalanceo global, que comprende el nuevo escenario conformado a partir de la consolidación de China y la pérdida de peso relativo de la tríada integrada por Estados Unidos, Japón y la Unión Europa; la necesidad de construir una nueva arquitectura financiera global y de resolver tanto los desbalances en cuenta corriente como los comerciales entre mercados de alto consumo y exportadores netos; la eco-reestructuración, a la que definió como “el desafío mundial más significativo en términos de la estructura del cambio, con consecuencias decisivas en los modos de consumir y producir”; y el papel protagónico de la innovación, entendida como “transformación de nuevas ideas en soluciones económicas y sociales”.

Con la mira en la elaboración de una estrategia flexible que tenga en cuenta esos cambios y permita aprovechar las oportunidades, el titular de la CERA planteó una serie de propuestas, centradas básicamente en la conveniencia de superar el fraccionamiento institucional, apoyar las cadenas productivas del Mercosur como medio de construir valor agregado nacional, promover la difusión de las tecnologías de la información y el conocimiento y la formación de recursos humanos capacitados, y elaborar políticas específicas que permitan construir una logística integrada y lograr una nueva productividad.

Por su parte, Giorgi aseguró que las ventas externas de la Argentina alcanzarán este año un valor de 68.000 millones de dólares —cercano al récord de 2008— y argumentó que las políticas desplegadas a partir de 2003 habían permitido una mayor integración al mundo y una creciente incidencia de los productos con mayor valor agregado en las exportaciones. En tal sentido, proporcionó cifras que dan cuenta de una diversificación de los mercados de destino y un crecimiento en el número de empresas que incursionan en el proceso exportador, así como de la significación que las ventas externas han venido adquiriendo en la facturación global, particularmente en ramas industriales como la automotriz, la autopartista, la de instrumentos médicos, la química básica y la maquinaria.

A juicio de la ministra, como resultado de un Estado presente en el planeamiento estratégico y de la articulación público-privada, el país viene dando respuestas a los desafíos emergentes del nuevo escenario, a partir de políticas y acciones tendientes a facilitar las inversiones, la inserción en cadenas de valor global y la adecuación a los nuevos paradigmas que surgen con lo que llamó el big bang tecnológico. “Todo es perfectible, pero hemos hecho cambios profundos, entre todos, que nos permiten integrarnos a este nuevo mundo privilegiando la generación de valor, la exportación y el trabajo en un modelo con inclusión”, concluyó Giorgi.

Tras las exposiciones del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray; el vicepresidente de la CERA, Elvio Baldinelli; el secretario general de la ALADI, José Félix Fernández Estigarribia; José María Fanelli y Miguel Ángel Broda, que completaron la primera parte de la jornada, llegó el turno de los seminarios. En el correspondiente a las pymes exportadoras, las economistas Eugenia Crespo Armengol y Gloria Pérez Constanzó realizaron el habitual balance de su evolución, que vienen siguiendo desde hace más de una década.

Entre otros puntos, refirieron que de las 5.608 pymes manufactureras que en 2009 habían participado de las ventas externas, sólo 9% había facturado por más de 2,5 millones, pero en conjunto acumulaban 48% del valor FOB exportado. En la última década, según el relevamiento, los sectores de mayor crecimiento —por encima del 96% promedio— fueron los de alimentos, bebidas y tabaco, metalmecánica, en particular la rama de bienes de capital, y químicos y plásticos, que sumados concentran hoy cerca de 88% de las exportaciones de este segmento.

En cuanto a los destinos, 57% de los despachos se dirige al Mercosur y el resto de los países de la ALADI, mientras la Unión Europea concentra 14% de las ventas y el NAFTA, 12%.

Si se considera su distribución provincial, las exportaciones pyme están fuertemente concentradas en las regiones pampeana, centro y Cuyo, con participaciones de 55,2%, 19,3% y 14,3% para el año pasado. A lo largo de la década, las dos últimas son, además, las que mostraron un comportamiento más dinámico, tanto en número de firmas como de montos exportados, en ambos casos muy por encima del promedio.

El estudio arroja algunos datos llamativos. Por ejemplo, que la totalidad de las ventas externas de Formosa tiene origen en el segmento pyme y que éste explica más de un tercio de las exportaciones en provincias como Catamarca, Tierra del Fuego y Río Negro.