LA SEMANA DEL TRANSPORTE

Con la organización de la FADEEAC, se realizó por primera vez en América la asamblea de la IRU, que albergó una conferencia sobre seguridad vial. Las jornadas cerraron con una cena en la que habló la presidenta de la Nación.

Buenos Aires se convirtió a comienzos de abril, y a lo largo de cuatro días, en anfitriona de los dirigentes del autotransporte de cargas de todo el mundo, que participaron junto a funcionarios nacionales y regionales de una serie de encuentros organizados por la FADEEAC. Entre ellos, sobresalieron la asamblea general de la Unión Internacional del Transporte Carretero (IRU, por su denominación en inglés) —realizada por primera vez en territorio americano—, una conferencia internacional sobre Seguridad Vial y la XV asamblea de la Confederación Interamericana de Transportes (CIT). El cierre fue una cena de gala ofrecida por la entidad argentina el viernes 8, que tuvo a la presidenta Cristina Fernández como oradora central.

Luis Morales, presidente de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), fue el encargado de dar la bienvenida a los delegados de las entidades regionales e internacionales presentes, que colmaron el salón Buen Ayre del Hotel Hilton junto a sus pares nacionales y empresarios del sector provenientes de todo el país. Morales manifestó su agradecimiento a la IRU por haber elegido a la Argentina como anfitriona y resaltó” el orgullo y la responsabilidad” que conllevaba esa distinción.

Inauguró también la conferencia sobre seguridad vial —realizada durante la primera jornada como parte de la asamblea de la IRU, pero abierta al público— y reafirmó el compromiso de la FADEEAC en esta materia. En tal sentido, subrayó la labor que viene desarrollando la Fundación Profesional para el Transporte (FPT) con sus cursos, que en pocos años superaron el millón de inscriptos y gozan de reconocimiento internacional.

A lo largo de la conferencia, once expositores, entre los que se contaron representantes y especialistas de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), el Instituto Vial Iberoamericano (IVIA), la IRU, la FPT, el Banco Mundial (BM) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), además de consultores, abordaron la temática desde las más diversas perspectivas. Éstas incluyeron, por ejemplo, un diagnóstico sobre la situación en América latina y el Caribe, una revisión de las políticas públicas que viene aplicando la Argentina y de las que impulsa el BM, un análisis de las causas de siniestralidad en los vehículos pesados y una serie de propuestas para prevenir los accidentes mediante la aplicación de dispositivos tecnológicos, una mejora en las condiciones de tránsito y, sobre todo, el trabajo con los conductores profesionales.

La exposición de Jacobo Díaz Pineda, del IVIA, confirmó la magnitud del problema con cifras que, en ciertos aspectos, desafían el sentido común. La tasa promedio para la región de fallecidos por cada 100.000 habitantes era en 2007 de 16,3, contra 4,9 de Suecia, 7,7 de Francia y 14,7 de los Estados Unidos. Para el mismo año, la Argentina exhibía una marca de 13,8; Brasil, de 18,4; Chile, de 12,7; y Uruguay, de 20,5. Otra forma de considerar su magnitud es comparar las muertes con el parque automotor. En este caso, la tasa de fallecidos cada millón de vehículos es de 815 para la región, contra 107 de Suecia, 153 de Francia, 174 de Estados Unidos, 438 de la Argentina, 757 de Chile y Brasil y 601 en Uruguay.

Luis Roberto Escoto, de la OPS, refirió a su vez que 1,3 millones de personas mueren cada año como resultado de accidentes de tránsito y de 20 a 50 millones sufren lesiones o incapacidades. Para 2004, éstas constituían la novena causa de morbilidad, pero en un par de décadas podrían pasar al tercer lugar, por delante de las enfermedades cerebrovasculares y respiratorias. En el plano regional, hizo también un paralelo elocuente sobre la inequidad en la distribución de las muertes: América del Norte y el Cono Sur tiene una incidencia parecida, algo superior a 30% en cada caso; pero, mientras la primera concentra 70% de los vehículos, el segundo tiene sólo 17%.

Jens Hügel y Patrick Philipp, de la IRU, reseñaron las estrategias y acciones que viene desarrollando la entidad, dirigidas fundamentalmente a mejorar la capacitación y las prácticas profesionales. El segundo de ellos afirmó que un estudio realizado sobre la base de 624 accidentes había revelado que en 85% de los casos la principal causa había sido el factor humano, mientras el resto podía atribuirse, en proporciones parecidas, a las fallas técnicas, el estado de la infraestructura y las condiciones meteorológicas. Sin embargo, entre los primeros, los otros usuarios —es decir, los conductores no profesionales— aparecían como responsables de 75% de los siniestros.

Por su parte, Roberto Agosta, director del Departamento de Transporte de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, llamó la atención sobre el hecho de que en ninguno de los estudios de grado y posgrado de ingeniería de siete universidades nacionales —seis públicas y una privada—, se dictaran contenidos específicos sobre seguridad vial. Con todo, señaló que han aparecido tecnicaturas, licenciaturas y maestrías especializadas que dan cuenta de esta demanda.

“Desde 1982 a la fecha, la Argentina ha perdido en vidas humanas el equivalente a haberle declarado la guerra al Reino Unido de Gran Bretaña 250 veces y haberla perdido en todas las ocasiones”, disparó Martín Sánchez Zinny, titular de la FPT, para poner de relieve la gravedad del problema. “Estas comparaciones son duras, pero es necesario que todos los que formamos parte de la comunidad vial tomemos conciencia de lo que ocurre cada vez que alguien muere o queda incapacitado como producto de un hecho de tránsito”, agregó. Luego de exponer sobre la tarea que viene cumpliendo la fundación, por la que pasan 20.000 choferes todos los meses, concluyó que la resolución de este flagelo pasa por la combinación de cuatro factores: la existencia de leyes claras y en lo posible únicas; su difusión por medio de la educación; las buenas condiciones de infraestructura y la fiscalización.

Durante las dos siguientes jornadas, sesionó la asamblea de la CIT, que contó con la presencia de más de un centenar de dirigentes de la Argentina, Brasil, Ecuador, El Salvador, Chile, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, así como de representantes de los Estados Unidos en condición de invitados especiales. Los encuentros, en los que sendos especialistas expusieron acerca del sistema logístico regional, los ferrocarriles latinoamericanos y la creación de una agencia de transporte internacional terrestre, concluyeron con la aprobación de dos resoluciones. Una de ellas se refiere a la participación del sector en la elaboración de planes directores que contemplen el papel de los diferentes modos de transporte en la movilidad urbana y la otra a la conveniencia de que el sector colabore con los órganos de defensa civil de cada país y las entidades humanitarias en el desarrollo de tareas conjuntas y la implementación de una logística solidaria frente a desastres naturales.

El presidente de la IRU, Janusz Lacny, y su secretario general, Martin Marmy, el ministro de Planificación, Julio De Vido, la gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos, el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, y otros funcionarios nacionales estuvieron en la mesa principal de la cena de gala, que tuvo como oradores al titular de la FADEEAC y a Cristina Fernández.

Tras agradecer a la primera mandataria la puesta en vigencia del seguro complementario de riesgo del trabajo, solicitado por el sector en noviembre pasado, Morales enfatizó que “la economía está creciendo” y puso como ejemplo el transporte de cereales. “De 50 millones, pasamos a 100 millones de toneladas. Esto significa que se han incorporado más de 100.000 camiones a las rutas en los últimos cinco años”, dijo.

“Crecimiento y consumo interno representan más fuentes de trabajo para nuestro sector”, destacó Morales, que vaticinó “muy buenos tiempos para el transporte de cargas” y cerró su discurso con un agradecimiento a los trabajadores, las pymes y las empresas en general que integran el sector.

Por su parte, la Presidenta comenzó ratificando una expresión de Morales en cuanto a la relevancia del transporte como termómetro de la economía y destacando la importancia de conjugar mercado interno y externo para que el crecimiento llegue a todos los sectores. Recordó, en ese sentido, que en 2003 Fiat, Iveco y Renault producían en Córdoba 17.000 vehículos de carga y pasajeros, y que el año pasado la cifra había llegado a 191.000 unidades.

A renglón seguido, anunció que enviaría al Congreso un proyecto para que la Argentina adhiera al TIR (por la sigla correspondiente a la denominación francesa, Transporte International Routier), un instrumento que permite facilitar y simplificar el comercio transfronterizo y, en consecuencia, disminuir el tiempo de permanencia en aduana de los camiones. Y evaluó que muy posiblemente se obtenga su sanción durante este año, lo que constituirá “un salto muy importante en lo que hace a eficiencia logística”.

Su discurso incluyó una defensa de las orientaciones políticas que habían permitido la expansión de la economía y del sector, y, finalmente, una exhortación. “Quería estar aquí presente para darles garantías a todos los empresarios y empresarias argentinos que han invertido en estos años y que seguramente están pensando en renovar su flota o comprar un camión más. Que lo hagan, porque vamos a sostener contra viento y marea este modelo económico que ha permitido un desarrollo y un crecimiento del país que ha sido el más importante de nuestros 200 años de historia”, afirmó.

HERRAMIENTA VITAL. La asamblea de la IRU aprobó una resolución en la que destaca la importancia del transporte carretero como “herramienta productiva vital” para la interconexión de todos los mercados mundiales y expresa preocupación por las trabas al comercio y los obstáculos en las fronteras. Al mismo tiempo, hace un “urgente llamamiento” a los gobiernos para que “consideren que la promoción y la facilitación del comercio internacional de, los viajes y el transporte carretero es el modo más eficaz para acelerar la recuperación económica” y para que, en consecuencia, preserven el principio de libertad de tránsito consagrado por el GATT y avancen en la aplicación de los instrumentos de facilitación aprobados por la Organización de las Naciones Unidas, como la Convención sobre la Armonización de Controles de Mercancías en Frontera y los llamados cuadernos TIR.