POLÍTICA DE TRANSPORTE

Un trabajo de José Barbero y Julián Bertranou plantea la importancia de mejorar la institucionalidad y las capacidades del Estado para encarar las tareas pendientes en el sector, que demandarán un esfuerzo sostenido en el tiempo.

Una política nacional de transporte —que debe articularse con otras políticas nacionales, con otras jurisdicciones y con el sector privado— requiere una fuerte institucionalidad y el diseño de reglas de juego capaces de mejorar los niveles de calidad, equidad y eficiencia en un marco de creciente inversión pública y privada. Una construcción institucional de esa magnitud demanda a su vez fortalecer las capacidades del Estado en materia de planificación, regulación, control y eventual operación, lo que supone contar con equipos autónomos de gestión, pero también con actores políticos que reconozcan la necesidad de sostener el esfuerzo en el tiempo. En definitiva, el éxito depende de “la capacidad pública tanto para arribar a consensos como para neutralizar oposiciones oportunistas, disruptivas de un accionar colectivo más eficiente, eficaz y funcional a las necesidades sociales”.

Tales son, sintéticamente, las conclusiones a que arriban José Barbero y Julián Bertranou en Una asignatura pendiente. Estado, instituciones y política en el sistema de transporte, publicado como documento de trabajo por el Instituto de Transporte Ferroviario de la Universidad de San Martín, que tiene como decano al primero de ellos.

Como plantea el título, Barbero y Bertranou se concentran en los mecanismos y las lógicas que están detrás de la toma de decisiones y el establecimiento de reglas de juego, un aspecto poco transitado por los estudios sobre el sector en la Argentina. En los primeros apartados, introducen algunas precisiones conceptuales, que ponen de relieve la complejidad y relevancia de las cuestiones en juego, y presentan luego una breve reseña de las características del modelo tradicional, de las reformas de los años 90 y de las políticas impulsadas en la última década.

A partir de allí, se dedican a las orientaciones y políticas vigentes en este último período, donde advierten la existencia de rupturas y continuidades, de avances, retrocesos y estancamientos según el modo, pero estiman que en conjunto la gestión “se ha caracterizado por su falta de respuesta estratégica para atender los desafíos que enfrenta el sector ante un crecimiento sostenido de la demanda”.

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