BALANCE 2012 DE LA OMC

Acuerdos preferenciales y sistema multilateral

En su habitual informe anual, el último suscripto por Pascal Lamy, la Organización Mundial de Comercio reseña la actividad desarrollada durante el año en materia de negociaciones comerciales, aplicación y vigilancia, solución de diferencias, creación de capacidad comercial y proyección exterior. En un apartado especial, se refiere a las tratativas para destrabar la Ronda de Doha y al compromiso asumido en tal sentido por sus miembros para la reunión de Bali, Indonesia, programada para diciembre de 2013.

Acuerdos preferenciales y sistema multilateral

 

En el último año, el fuerte oleaje ha puesto a prueba el comercio mundial y los prolongados efectos de la crisis de 2008-2009 se han dejado sentir en la economía mundial. Como resultado, el crecimiento del comercio mundial se redujo al 2,0% en 2012 —frente al 5,2% registrado en 2011— y se prevé que en 2013 aumente sólo ligeramente, hasta aproximadamente el 3,3%.

Ahora, más que nunca es preciso llevar el timón con mano firme. Las cifras sobre el comercio en 2012 ponen de manifiesto que, pese a algunos progresos, todavía no se han resuelto muchas de las deficiencias estructurales de la economía mundial. Hasta que los gobiernos no corrijan los defectos de las políticas que han contribuido a la crisis, seguirán aumentando las presiones proteccionistas.

En estos momentos difíciles, es necesario que los países centren su atención en el fortalecimiento del sistema multilateral de comercio a fin de que el comercio pueda ser, una vez más, motor de crecimiento y fuente de vitalidad para la economía mundial.

La próxima Conferencia Ministerial de la OMC, que se celebrará en Bali en diciembre, puede contribuir a reforzar el comercio mundial mediante la conclusión de un acuerdo multilateral sobre la facilitación del comercio, sobre algunos aspectos del comercio agrícola y sobre cuestiones importantes relacionadas con el desarrollo. Un acuerdo sobre la facilitación del comercio simplificaría las actividades de importación y exportación, que serían menos costosas y más eficientes. En un mundo caracterizado cada vez más por las cadenas de suministro mundiales, la mejora del flujo del comercio a través de las fronteras contribuiría a que los países en desarrollo, en particular, participaran en esas cadenas de valor y desempeñaran un papel más activo en el comercio mundial. Un acuerdo sobre la agricultura podría generar nuevas oportunidades de exportación para los agricultores de los países en desarrollo y reforzaría la capacidad de los gobiernos para procurar alimentos a los más necesitados. Un acuerdo sobre el desarrollo daría tranquilidad a nuestros Miembros más pobres, los países menos adelantados.

En 2012, por primera vez en la historia de la economía mundial, el PIB de los países en desarrollo superó al de las economías desarrolladas. Esto ha sido resultado del impresionante crecimiento registrado por las economías en desarrollo en las últimas décadas, acentuado también por las descorazonadoras tasas de crecimiento de las economías avanzadas desde que se inició la crisis. En los próximos años, se prevé que los países en desarrollo, empezando por África, crezcan tres veces más rápido que los países avanzados. En definitiva, el crecimiento mundial futuro dependerá esencialmente de los países en desarrollo.

La geografía del comercio también está cambiando. Hace 20 años, el 60% del comercio mundial tenía lugar entre países desarrollados, el 30% entre países desarrollados y países en desarrollo, y sólo el 10% entre países en desarrollo. Se prevé que en 2020 el comercio entre países en desarrollo llegue a representar un tercio del comercio mundial.

En las cadenas de suministro, los países en desarrollo han encontrado un medio accesible para insertarse en la economía mundial. El comercio ya no es una cuestión de productos acabados o de servicios. Se trata de añadir valor contribuyendo a una fase de la elaboración del producto acabado o prestando servicios. Por esta razón, decidí poner en marcha un proyecto internacional para analizar los datos y las cifras del comercio desde el punto de vista del valor añadido mediante la iniciativa “Hecho en el mundo”.

En enero de este año, la OMC y la OCDE publicaron una primera serie de datos que miden el comercio en términos de valor añadido y no en términos brutos. Los resultados preliminares fueron sorprendentes. En primer lugar, el comercio internacional de servicios es mucho más importante de lo que se pensaba en un inicio y representa alrededor del 45% del comercio medido en términos de valor añadido. En segundo lugar, en torno al 40% del valor de las mercancías exportadas corresponde en realidad a insumos importados. En tercer lugar, las balanzas comerciales bilaterales, que a menudo son fuente de tensión entre interlocutores comerciales importantes, cambian cuando la totalidad del valor comercial de las importaciones ya no se atribuye al último eslabón de la cadena de producción. Por lo tanto, las consecuencias geopolíticas de esta forma de medir son más que evidentes.

Otro cambio en el panorama del comercio mundial es la influencia cada vez mayor de los obstáculos no arancelarios en el comercio. Las sucesivas rondas de negociaciones de la OMC, los tratados comerciales bilaterales y la apertura unilateral del comercio han reducido considerablemente el peso relativo de los aranceles en el comercio mundial, pero es cada vez más obvio que, para crear nuevas oportunidades comerciales y reducir los costos, será necesario abordar los obstáculos no arancelarios. Este fue el tema de nuestra publicación más emblemática, el Informe sobre el Comercio Mundial, en 2012.

Hoy en día se tiende claramente a utilizar los obstáculos no arancelarios no tanto para proteger a los productores de la competencia de las importaciones como para proteger a los consumidores. En muchos casos, estas medidas son importantes y necesarias. Los nuevos obstáculos no arancelarios suelen responder a preocupaciones relacionadas con la salud, la seguridad, la calidad ambiental y otras consideraciones sociales. El peligro está en que a veces estas medidas pueden utilizarse indebidamente con fines proteccionistas. Incluso cuando no es así, los obstáculos no arancelarios pueden dar lugar a discrepancias entre sistemas reglamentarios que pueden encarecer considerablemente los costos comerciales y reducir o distorsionar las corrientes comerciales.

Así, pues, ¿qué pueden hacer los responsables de las políticas ante estas nuevas tendencias? Mejorar la cooperación sigue siendo una prioridad. El programa de apertura comercial es más pertinente hoy en día que durante el período anterior a la crisis, y para ello la vía multilateral es la más eficaz. A mi juicio, hay cuatro prioridades para que el programa de apertura del comercio mundial tenga éxito.

La primera es reconocer que las importaciones son un componente fundamental de la competitividad de las exportaciones de un país. Por tanto, la clave no es cómo exportar más sino cómo añadir más valor y emplear el comercio para que la economía de un país crezca más rápidamente. La segunda es reducir el impacto de los obstáculos no arancelarios logrando la cooperación en materia de reglamentación y evitando la aplicación de esos obstáculos con fines discriminatorios. En tercer lugar, hace falta un esfuerzo mundial para elaborar un marco común de inversión. Por último, en el caso de muchos países pobres, la apertura del comercio no puede traducirse en crecimiento, desarrollo y empleo sin un aumento de la capacidad comercial. De cara al futuro, tenemos que ver cómo aprovechar mejor la contribución del sector privado en ese sentido.

En un momento en que están disminuyendo las promesas de aportaciones a la iniciativa de Ayuda para el Comercio, es importante encontrar nuevas maneras de recabar apoyo para que los países en desarrollo puedan seguir aumentando su cuota en el comercio mundial. Las asociaciones Sur Sur son fundamentales para ello, como lo es también un papel más importante del sector privado. En consecuencia, el Cuarto Examen Global de la Ayuda para el Comercio, que se celebrará en julio de 2013 en Ginebra, pondrá de manifiesto las asociaciones que existen entre los actores de los sectores público y privado para ayudar a nuestros Miembros más pobres a integrarse mejor en las cadenas de valor.

Un factor importante para lograr este objetivo es que haya financiación para el comercio a un precio asequible. La situación de la financiación del comercio ha mejorado desde que se colapsó al comienzo de la crisis en 2008, pero sigue siendo preocupante que las pequeñas y medianas empresas, en particular las de países de bajos ingresos, no tengan acceso adecuado a las garantías que necesitan para ingresar plenamente en los mercados mundiales. En este caso, los bancos de desarrollo multilaterales tienen una importante función que desempeñar, por lo que celebro especialmente la reciente puesta en marcha de un programa de financiación del comercio por el Banco Africano de Desarrollo, iniciativa que se suma a los esfuerzos de otros autores regionales.

El grupo de reflexión que yo mismo constituí en abril de 2012 ha dado también orientaciones sobre el futuro del comercio mundial. En su informe, publicado este año, se hace hincapié en que los Miembros de la OMC tienen que esforzarse por conseguir la armonización de sus regímenes comerciales y la “convergencia” entre los acuerdos comerciales preferenciales y el sistema multilateral de comercio. En el informe también se aboga por una mayor coherencia entre la política comercial y otras políticas internas, como la enseñanza, y entre el comercio y las medidas no arancelarias de política pública. La función de la OMC es tratar de lograr nuevas iniciativas que puedan hacer realidad estos objetivos, en cooperación con otros organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales. En este breve informe hay muchas ideas para la reflexión, y espero que los Miembros de la OMC las tengan en cuenta al replantearse sus programas de política comercial multilateral.

Por último, a título personal, ha sido un gran honor para mí desempeñar el cargo de Director General de la OMC estos últimos ocho años. Se acerca el final de mi mandato y me gustaría agradecer a la Secretaría su excelente labor durante todo este tiempo. Quisiera asimismo animarla a que siga estimulando a los Miembros con nuevas ideas, estudios de alta calidad y análisis lúcidos, que es lo que caracteriza a la Secretaría de la OMC. Quisiera también desear mucho éxito al Sr. Roberto Carvalho de Azevêdo, que será el encargado de dirigir la OMC en los próximos años.

[Mensaje del director general, Pascal Lamy]

 

Título: Informe anual 2013.
Autor: Organización Mundial de Comercio (OMC).
Editor: Organización Mundial de Comercio.
Año: 2012.
Páginas: 148.

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